Nos dicen lo que queremos oir, y transforman el lenguaje dependiendo de quien escuche.
Se trata de convencernos de lo que está bien o mal, lo que nos tiene que gustar, que debemos comer, cómo vestirnos....
No olvidemos que la prostitución, genera mucho dinero, muchísimo¡¡¡¡, y que curiosamente, este dinero, no acaba en manos de las mujeres prostituidas, sino del lobby proxeneta, que ya se inventará la manera de hacernos creer, que ser puta mola, y ya se encargará de que podamos sobrevivir como prostituidas, y no como fotógrafas por ejemplo.
Y ahora es cuando llega el momento de negar la relación de muchos empresarios con el lobby prostituyente, hay que buscar la excusa perfecta.