“Las políticas migratorias y un régimen jurídico abolicionista que no regula la práctica de la prostitución generan un círculo de irregularidad que fomenta la explotación sexual” de las mujeres extranjeras en España.
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El autor señala “los problemas para regularizar su situación como trabajadoras” y “el temor a ser detenidas” y devueltas a su país —precisamente por no tener papeles— como los principales factores de esa “cadena de irregularidad que aumenta su aislamiento” y que “hace que sean
arropadas por proxenetas” que, mientras les dan cobijo —“tienen miedo a salir del club y ser detenidas”— , las explotan con condiciones económicas leoninas —multas, deudas que tardan años en pagar— y un duro régimen laboral.
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“Lo que me he encontrado a lo largo de los años no cuadra con la imagen de la vida alegre y fácil no con el de la triste y sórdida”, indica Riopedre, para quien el perfil de las prostitutas encaja “más con el de
luchadoras sociales que con el de víctimas”, ya que, según sostiene, “la mayoría se dedica a ese oficio de manera consciente y voluntaria”. “La prostitución es una opción, aunque no una elección, que mucha gente toma por situaciones de exclusión”, mantiene Oso, que anota que “a lo mejor, si tuvieran algún tipo de ayudas, muchas mujeres no optarían por prostituirse”. “La situación de alegalidad de España no ayuda nada”, añade.
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Ambos consideran en que las
políticas de criminalización de la prostitución deterioran todavía más la situación de las mujeres explotadas sexualmente. “La penalización del cliente –explica Oso— trae mayor irregularidad y perjudica a las mujeres en el sentido de que sus condiciones de trabajo empeoran, pasan a ser todavía más sumergidas”, según coinciden un grupo de 20 investigadores europeos que está investigando ese tema en varios países de la UE.
Una prohibición como la decretada por
Suecia, apunta, “es una medida estética, pero que no tiene efectos positivos sobre las mujeres. Al contrario, los servicios se dan en lugares más escondidos y precarios”. “Todo tipo de criminalización empeora las condiciones de las mujeres”, anota Oso, mientras Riopedre corrobora que “las mujeres que siguen trabajando en la prostitución en Suecia lo hacen en unas condiciones más precarias”.
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“Ningún estudio científico avala que en España hay 300.000 prostitutas y el 95% de ellas, víctimas de trata. Hablamos mucho de trata pero hay muy pocos estudios”, anotó Riopedre. En su opinión, la legislación española se dirige “hacia un modelo abolicionista criminalizador” en materia de prostitución, ya que “hay intereses económicos y políticos muy potentes en contra de cualquier
intento de legalización, regulación y descriminalización”.