Tengo una rallada con la senilidad, porque a cada cosa que hace un poco rara ya no sé si es casualidad, manías nuevas que va adquiriendo, que Tilo es mucho de manías, o de la cabeza. Sé de un caso de demencia senil que le provocaba desorientación y mucha angustia. 18 años para un rottweiler es una pasada, y que lo lleve tan bien una suertaza, ¡ojalá!