Hace muchos años acompañé a una prima (carnal) a la disco de por entonces, de los 80. No so!iamos salir juntas y no recuerdo por qué fue. El caso es que se me pegó un catalán que hacia el servicio militar. Me dio la tabarra con que su padre era dueño de una frutería. Y me pidió marcharnos para allá todo así, en una misma tarde/noche. Yo alucinaba. No intentó ver ni mis dotes para cargar frutas y verduras, sacarlas brillo y/o venderlas ni ná de na. Ni me preguntó por mis intereses ni intentó besarme ni nada. Era solo que su padre tenia una frutería y que podíamos ser muy felices.
Al regresar a casa, le cuento a mi prima el espeluznante caso y me dice que era Jordi, el que el padre tiene una frutería