Hace año y medio adopté una gata adulta positiva de leucemia. Se llama Candy y es la niña de mis ojos. La semana pasada me llegó un email de la voluntaria que me llevó la adopción: en la puerta de una clínica abandonaron a un peque de un mes, que salió positivo de leu. Como no podian juntarlo con los demás, las casas de acogida están a tope, y los positivos son difíciles de adoptar, iban a sacrificarlo. Por suerte les dió lástima y decidieron esperar unos dias a ver si salia algo.
El pitufo ya está en mi casa, le he puesto Merlín. El problema es que Candy ha sido hija única toda su vida (supongo), y nada más verlo a empezado a bufar como si la matasen. Ahora los tengo separados, pero en un apartamento de 30m es difícil. Aparte de paciencia, ¿teneis algún consejo o experiencia similar?