Yo antes de tener a Lola también pensaba en "poner límites" y, si hacía falta, "dar una cachetada a tiempo".
Afortunadamente cayó en mis manos el libro
"Bésame Mucho" del pediatra Carlos González, y di con los foros de
Crianza Natural (
http://www.crianzanatural.com/forum) y
Criar con el Corazón (
http://www.criarconelcorazon.org/foro/index.php) donde otros papás y mamás me enseñaron que es posible criar de forma respetuosa a nuestros hijos, sin gritos ni sin cachetes. Estoy muy contenta con la forma que estoy criando a mi hija, ella es un bebé feliz, risueña, curiosa y sobre todo, respetada.
Eso no significa que no le enseñemos la diferencia entre el bien y el mal, entre lo que puede ser y lo que no. Significa simplemente que, de entrada, creemos que ella es buena por naturaleza, y que con el cariño, los abrazos, la comprensión y las palabras se llega más lejos que con los gritos, las amenazas y los cachetes.
Por supuesto que los padres que dan una torta no creen estar haciendo nada malo, tampoco los maridos que hace treinta años le daban una torta a sus mujeres lo pensaban. Pero hoy sabemos, gracias a distintos estudios en psicología, que esto no es lo mejor para el niño. Si uno siente rabia o frustración no ha de descargarla sobre él, a fin de cuentas los adultos y los responsables de manejar la situación y de enseñarles somos nosotros.
Si queremos y respetamos a los animales, deberíamos empezar por nuestros hijos.