Iniciado por
sunwukung
Hola a todos. A petición de algunos foreros y por el interés pueda suscitar esta información, voy a resumir la líneas generales del arte de comer de manera equilibrada y cruda, a las que he llegado después de acumular varios años de experiencia, errores múltiples, varias lecturas, bastante reflexión y recientes descubrimientos.
En primer lugar, entre las razones para comer crudo, destacaría el hecho aceptado por cualquier médico de que el cuerpo reacciona inmunitariamente contra cualquier alimento cocinado por encima de determinada temperatura, proceso que se denomina leucocitosis digestiva, es decir, el número de leucocitos en sangre aumenta, cosa que no ocurre cuando se come el mismo alimento crudo. Por tanto el cuerpo reconoce como algo extraño de lo que tiene que defenderse aquello a lo que denominamos en principio alimento. Claro está que se puede sobrevivir con dichos “alimentos”, pero las consecuencias son numerosas, tanto a corto como a largo plazo. Para más información dejo una pequeña bibliografía al final.
Otra razón para comer crudo es la destrucción de nutrientes, algo aceptado, y la destrucción de enzimas propias del alimento, esto menos conocido, que ayuda en el proceso digestivo ahorrando enzimas del propio cuerpo. Este hecho se traduce en una permanencia en estómago mucho menor para los alimentos crudos que para los cocinados y en una inflamación de los diferentes órganos de digestión y asimilación por hiperactividad (para compensar un defecto de enzimas y un exceso de productos químicos no utilizables por el organismo producidos en al cocción) nula, con lo que la presión abdominal disminuye y tareas íntimamente relacionadas como la respiración se ven enormemente facilitadas.
Entonces lo mejor es comer crudo. ¿Presenta algún déficit de nutrientes esta dieta?. Pues es justamente al revés. Las vitaminas hidrosolubles se destruyen a partir de los 50º o 60º, y en los alimentos procesados lo esperable es que no haya prácticamente nada de este tipo de vitaminas. Cómo es comúnmente aceptado que las vitaminas son sustancias naturales, están obviamente presentes en los alimentos crudos, y lo que precisamente habría que explicar es cómo las personas que ingieren una dieta con poquísimos o ningún crudo pueden sobrevivir. Hasta la fecha en la bibliografía he encontrado al menos dos razones para explicar esto.
La vitamina más controvertida sería la b12 y al respecto se pueden decir dos cosas: una es que efectivamente hay trazas o incluso se estima que cantidades no medibles pero significativas para el cuerpo en la mayoría de los alimentos vegetales crudos, y si una vaca o un gorila están sanos comiendo plantas, el ser humano que es fisiológicamente un primate, por lo tanto herbívoro, también puede. Postular lo contrario es cuanto menos sospechoso, sabiendo a quién beneficia. Por otro lado las bacterias simbióticas del tubo digestivo, las llamadas lactobacterias, producen diversas vitaminas y nutrientes, entre ellas la b12, que son absorbidas por el organismo. El requisito sería una flora sana, lo cual se logra con una alimentación adecuada. En el proceso, además del punto uno, se pueden emplear fermentados caseros.
Entonces comer crudo es para lo que genéticamente está diseñado, por así decirlo, no sólo los seres humanos, sino cualquier forma de vida, al menos en este planeta. El orden se alimenta del orden, como dice Schrödinger.
Teniendo esto claro sólo queda saber cómo equilibrar las cantidades de los distintos tipos de alimentos que existen atendiendo a sus efectos metabólicos.
Antes hay que conocer que el cuerpo realiza tres funciones corporales básicas, siempre de manera simultánea pero en la que una de las tres predomina sobre las otras dependiendo de factores como la alimentación y la hora del día.
Estas funciones son la eliminación, la digestión y la asimilación. Bien, las conclusiones de muchos crudívoros, esto es algo bastante reciente y que debido a mi propia experiencia personal apoyo al cien por cien, los tres tipos de alimentos a considerar según potencien una u otra función, y no sólo porque entre todos aporten todos los nutrientes necesarios, son:
Plantas de hoja verde: Lechugas, repollo, espinaca, berzas, escarola, brotes crecidos (con hojas), y en general toda planta con más o menos clorofila.
Este grupo estimula principalmente la eliminación y son la fuente óptima de proteínas.
Plantas con alto contenido en grasas: Aguacate, aceituna, todo tipo de nueces. Fuente principal de lípidos y estimulan la asimilación.
Frutas dulces: Frescas y secas. Manzanas, uvas, dátiles, plátanos…
Fuente de glucosa y estimulan la digestión.
Si alguien conoce algo de ayurveda, yo relaciono la asimilación con Kapha, la eliminación con Vata, y la digestión con Pitta. Kapha es Yin, Pitta es yang, y Vata es Yin/Yang.
Un cuarto grupo que no tiene efecto de estimulación sobre ninguno de las funciones nombradas, es el de los frutos no dulces, como el pepino, la calabaza, el calabacín y afines.
La idea es que comer unas cantidades proporcionales de alimentos de los tres grupos de manera que se compensen sus efectos. Si en una comida se come un exceso de fruta, en las otras hay que comer más verde y más nueces, y así para todas las posibilidades. Evidentemente la intuición, teniendo en mente la idea de los tres grupos, es la mejor guía, aunque puede llevar un tiempo dejarla libre. Yo ya he comprobado que es muy útil.
Los tres grupos tienen todo tipo de nutrientes, pero las plantas verdes aportan principalmente proteínas y minerales, además de fitonutrientes muy importantes como la clorofila, las frutas dulces vitaminas y glucosa, y las plantas grasas pues eso.
Éstas últimas es recomendable, sobre todo con las nueces, comerlas siempre con verde.
Si durante un periodo de tiempo se come un exceso de algún grupo de alimentos, surgirán síntomas de desequilibrio a todos los niveles, por ejemplo, si se come a base de sólo fruta en plan frutívoro, al cabo de más o menos tiempo se presentará un déficit de minerales y de lípidos que impulsarán al cuerpo a buscar sustitutos, por lo que aparecerán fuertes tentaciones de comer productos con grasa (proteína animal, aunque lo que se busca es grasa, lácteos, pan, por su absorción más lenta…), lo que si no se está avisado llevará a pensar que el cuerpo realmente necesita estas cosas cuando sólo busca algún medio de compensación. Ni que decir que todos esos pseudomedios conllevan efectos secundarios indeseables.
Otro aspecto paralelo a tener en cuenta es el exceso de proteínas. Estamos adaptados como primates que somos a cantidades de proteínas muy bajas, óptimamente del 1 al 5%, estimo, del total del alimento, de ahí que las verduras verdes se puedan considerar fuentes de proteína, incluso mejores que las nueces, que por la misma razón deben comerse con moderación (las recomendaciones andan en 750 gramos a un kilo por semana, en media), pues su aporte principal son las grasas. Comer exceso de proteínas (cualquier alimento con más del 5% de proteínas, por ejemplo, brotes, personalmente experimentado) conlleva grandes perturbaciones y una intoxicación del organismo, con un incremento de la eliminación y la subsiguiente deshidratación, aparte de otros síntomas. Los déficits de proteínas son sumamente raros, siendo mucho más frecuentes los de minerales, los nutrientes más importantes con diferencia.
La sal inorgánica no es necesaria, y muchos autores recomiendan las plantes verdes, algas y agua de mar, que no agua con sal, por muy completa que sea.
Pues nada, eso es todo, para empezar a comer crudo yo propondría empezar a aumentar la cantidad de crudo desde un 50% y comiendo alimentos integrales, obvio que fuera al menos carnes, y asegurándose siempre, sobre todo a medida que se come más crudo, de que están presentes los tres grupos principales de alimentos en las cantidades proporcionales adecuadas, que dependerán de cuestiones individuales como la actividad que se realice y el tipo de sangre, y que debe ser descubierto por cada uno mediante ensayo y error.
Respecto al tipo de sangre, los del grupo O tenderán a asumir mejor cantidades mayores de grasas y peor cantidades grandes de frutas dulces, debido a una tendencia a tener un metabolismo de oxidación rápida. Los del grupo A es justo al revés, porque la tendencia es a tener un metabolismo de oxidación lenta, les sentarán bien cantidades mayores de fruta dulce, mientras que a los del grupo O puede producirles hambre repentina y ansiedad, siempre dentro de un contexto de exceso.
Es útil también tener en cuenta que existen maneras no alimentarias de equilibrar los efectos de los distintos grupos, acciones que centran, equilibran por su propia naturaleza. La más importante de todas es la meditación y la respiración profunda, el yoga o el chi kung, el ejercicio y otras.
Ésta nueva “teoría” acerca de lo que significa comer equilibrado de manera cruda la he descubierto hace muy poco en el libro de David Wolfe “The sunfood diet success system”, y ha sido casi como una revelación, me ha organizado todo un cúmulo de experiencias de estos años. Otros libros que fueron hitos en mi camino son “La alimentación: la tercera medicina”, de Jean Seignalet, “La antidieta” y “Vida sana” de Harvey y Marylin Diamond, “El Tao de la salud” de Daniel Reid, y algún otro.
Lo más importante con diferencia es experimentar, reflexionar y desarrollar la intuición.
Un saludo