En un libro sobre marketing ponian la pasta de dientes como ejemplo de éxito comercial, al convencer al público de que es indispensable algo que no sirve absolutamente para nada. Lo que mantiene los dientes sanos es el cepillado, porque elimina el sarro y los restos de comida donde crecen las bacterias. La pasta solo sirve para dejarte en la boca sabor a menta, pero para nada más. Ni el fluor ni ninguna otra substancia puede atravesar el esmalte.