Iniciado por
Pride
Detesto a mi familia, al mundo, a todos. Por hipócritas, por imbéciles, ¡por todo!
Traíamos a un gato que estaba en la calle en las condiciones más deplorables. Estaba en los huesos, llorando, con pulgas, muy agotado. Lo tuve en casa una noche sin dar problemas, mientras le encontramos una casa de acogida o un adoptante.
El gato se orinó en mi cama un par de veces, yo la limpié con agua y cloro para quitar el olor. Mi madre no descubrió al gato, estaba frente a ella y se lo mostré. Me pidió que bajara al gato al estacionamiento, considero la opción para tenerlo ahí mientras.
Bajo al estacionamiento con el gato en brazos, me dicen que no se harán responsables del gato y que un compañero de trabajo los maltrata e incluso mató uno con cara de serenidad y riendo, pienso mentalmente en lo idiota que es la gente y me olvido del estacionamiento. Es imposible dejar al gato ahí.
Baja mi madre a gritar y a hacer un escándalo porque debíamos salir todos juntos en familia (a lo que yo no recuerdo haber accedido), que el gato lo tenía por mis sentimientos y no por hacerle un favor, que estaba siendo egoísta y no estaba pensando en mis nietos (según el gato puede tener toxoplasmosis, mi madre aún no se entera de que no quiero hijos), ni en ellas -evidentemente mantuve al gato en la habitación, cambié las camas y quité las sábanas por puro placer, porque soy Pride y me da la gana-, me empieza a salir con su esclerosis (sí, tiene esclerosis, curiosamente parece que usa esa enfermedad como herramienta para manipular y decir que no la queremos ni la valoramos), le pido que me dé tiempo a encontrarle a alguien y me dice que no, y que estoy castigado por un mes sin salir y sin PC -estoy desobedeciendo, cabe aclarar- por "consentido".
Me quedo con el gato varias horas, mi madre sale con mi hermana (esta niña es un poco peculiar, el sábado por la noche estaba entusiasmada por el gato y el domingo me empieza a regañar por lo mismo) y llamo a alguien con quien acordamos acoger al gato. Espero hasta las tres de la tarde, él y yo vamos a la plaza -lo más lejos posible de mi madre- a cuidar al gato y buscar a alguien.
Encontramos a alguien y el gato se va corriendo detrás de una carpa de la policía nacional, fui hasta allá y los policías me detuvieron por enésima vez. Creían que estaba drogado o buscando a dos retenidos que estaban allí, supongo que por traficar con drogas porque me estaban ofreciendo.
Me dejan ir al ver que estoy perfectamente bien, finalmente encontramos al gato y tenemos una casa temporal donde puede quedarse sin líos. Cuando nos disponemos a ir hasta allá, los policías nos detienen otra vez porque piensan que nos vamos a comer al gato. Liberan al gato y mientras nos retienen ahí con un montón de tonterías empieza a llover.
Nos vamos ya entrada la noche: El gato está perdido, estoy castigado por un mes. Otra vez lo intenté y salió mal. Menudo desastre, los odio a todos y detesto haber fallado miserablemente.
Hasta luego, nos vemos en un mes. (O menos)