AAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRGGGHHHHHHHHHH!!!
Detesto las comuniones, bodas y demás parafernalia festivo-cultural camuflada de pseudo-religiosidad.
Mi novia me acaba de comunicar que este mes tengo una comunión de una prima segunda suya (no se ni quien es) y que sería muy importante que yo fuera, que la familia de la niña no acepta un no por respuesta. Me parece increíble lo falsa que es la gente por decir lo políticamente correcto sin sentir ni pensar.
Otro día perdido entre curas, niños ilusos y engañados (pobres ellos), banquetes populares a base de carne y pescado, cubatas, tabaco y puros a tutiplen. Todo salpicado con el sentirme cuestionado por personas que no conozco con los típicos acosos (porqué eres vegetariano, de donde sacas las proteínas, noseque y nosecuantos...)
Y a sonreír y quedar bien, como si fuera uno más. Odio todo el paripé y lo peor es que luego NADIE sabe apreciar o siquiera comprender el esfuerzo que supone para ti aguantar todo ese numerito. ¡¡NADIE!!
Tendré que prepararme frases ingeniosas y tajantes para la fecha, no tengo ganas de concienciar a nadie ese día. Más bien de dejarles con la boca cerradita.