Sea cúal sea la pregunta, el amor es la respuesta.
http://liebreblanca-buscandolaluz.blogspot.com/
A mi compa le han dicho varias veces unas babosadas asquerosas, de potar. Eso tenía que ser denunciable.
A mí me molestan mucho los piropos y demás cosas (y eso que no van dirigidos a mí). Y nunca he entendido cuál es la finalidad de los mismos.
Violentar. Y abuso de poder. Simplemente.
No. Es algo inserto en el ADN. Yo soy superior a la mujer, así que la puedo cosificar y decirle lo que me pete, porque ella saltará, pero yo seré más fuerte (sí, oh, los hombres son más fuertes que las mujeres, qué cosa, la pólvora acabo de descubrir) y la puedo amenazar más. Y si salta, me reiré: mírala, si además tiene carácter... Y encima, contribuyo a eso tan bonito que se llama limitar la libertad de movimientos.
Tengo un colega que lo explica mejor que yo aquí.
"Si son ustedes mujeres, es posible que le hayan pedido alguna vez a un hombre —un amigo o su pareja, si son heterosexuales— que les acompañe a la puerta de su casa para no ir sola. Quizá especialmente si esa noche llevan puesto un vestido corto o una minifalda. Cuando a los hombres nos piden dicha ayuda, la solemos ofrecer sin pensar en las implicaciones que tiene que una mujer, por firme y dura que sea, pida caminar acompañada. Y es que nosotros nunca sentiremos lo que sienten ellas cuando oyen pasos tras de sí en la noche. Nunca prestaremos especial atención a si nuestra ropa enseña demasiado los hombros o los muslos o la espalda. Nunca tendremos que elegir si cruzar o no por una calle solitaria por miedo a que nos violen".
Y en el párrafo anterior habla de eso, y estoy de acuerdo con él, tan traído y llevado en el hilo del feminismo (o en el hilo de "ataquemos a las mujeres, que son todas unas zorras que ponen denuncias falsas") sobre la discriminación del hombre en casos de divorcio.
Y me encanta que esto, y otras cosas, las escriba un hombre. Sinceramente.
Me acabo de enterar de que ayer se ha muerto un cliente habitual del bar donde trabajo.
Le dio un infarto y solo tenía 34 años. No somos nadie.