Ayer volví a pasar por la zona del parque donde se ponen a entrenar los que le dieron la patada a Naria. Fui con dos amigas, llamando a Naria para que no se separara de mí, con miedo. Hasta que ví a mi amigo F. Ex-legionario, ex jugador de baloncesto, cien kilos de músculo. Una mole, vamos. Tan grande como buena persona. Se fue con su perro tranquilamente a comerse su cena en la hierba, cerca de ellos. Cuando me vio, me dijo a voces:
-¡Mira qué valientes, los tíos! Aquí estaba Kiko, pasando al lado de ellos, ladrándoles al oído, poniéndoles piedras encima cuando hacían abdominales, y los tíos me miraban y no me decían nada. ¡Pero qué valientes los tíos, que contigo sí se atreven! ¡A ver si se atreven ahora!
Entonces los susodichos se levantaron y se fueron
Lo que me pude reír.
PS: Cuando uno se agacha o se sienta, Kiko te pone piedras encima para que se las tires