Me la trajeron a mediados de noviembre. Es una gata adulta, tiene 8 años. "Se está desestresando", es la explicación de mi hermana, que cada tanto me llama para ver cómo está, como con miedo a que le diga: "¡ve-ní a buscarla!". Porque así llego a casa:
Me llama mi hermana a las 8 de la mañana de un sábado (ella, que si puede duerme hasta el mediodía... sospechoso), para ver si iba a estar, que me traía la gata. Si, dije yo. A las 10 y media mi hermana estaba acá. Pucha, qué rauda, pensé (vive a 2 horas de viaje). Como sobre el mediodía entendí por qué tanto apuro en traerme la gata: estaba haciendo sus necesidades arriba del mueble, incluso cuando se llevaban la perra. Y como mamá prácticamente no vive en casa, la que tenía que limpiar era ella.
Pero acá usa la bandeja, nomas es un poco hinchapelotas.