Yo cada vez soy más de la opinión que ir al trabajo es como salir al escenario. Es una actuación, todos los días (laborables) de tu vida, es ponerte una máscara tras otra para ser otra persona. Y luego cuando termina tu horario, pues te desprendes de los disfraces que tú quieras. Así, aunque en un trabajo no tengas que vestir "de determinado modo", sí tienes que vestirte "emocionalmente" para ofrecer la cara que ellos quieren. Y esto es así. Y cuando no encajas con el resto de los compañeros, pues te toca ponerte un disfraz más potente. Yo no tengo nada que ver, pero nada, con mis compañeros, si dijera lo que de verdad opino sobre un montón de temas fliparían, pero para qué, si aquí soy sólo una actriz trabajando, así que me limito a tener conversaciones banales sobre películas o sobre el tiempo o sobre sitios bonitos para ir de vacaciones y ya está. Hace ya mucho que renuncié a ser quien soy aquí, yo me realizo fuera del trabajo, con la gente a quien quiero de verdad, y a quienes puedo mostrar mi lado auténtico. Con esto quiero decir -y perdón por el rollo- que al final, si quieres ese trabajo, tendrás que adaptarte y camuflarte como un camaleón más. Trabajar es una prostitución, te pagan por actuar de una determinada manera unas horas al día. Así que si a las personas lerdas ésas no les mola cómo hueles, pues ponte un perfume "que encaje" con sus estrecheces de miras y a otra cosa mariposa.