Mi abuelo era un hombre rústico, de los que ya no quedaban. De esos que nunca en la vida usó un water por ejemplo. Su water toda la vida de dios fue las chumberas, y su papel higiénico las piedras y los matagallos. Pues yo en mi precoz adolescencia tenía una chuchita muy cuca que se llamaba Tania, y un día pues me la llevé a ver a mis abuelos, y bueno se ve que explorando un poco el terreno y se topó con el excusado de mi yayo. Y no, yo tampoco puedo con tanta intimidad compartida... a ella la metí directamente en un bidón de agua a remojar y no volvimos a ver a los abuelos. Así es la vida.