Cuestionando el vegetarianismo de Hitler
Aunque Hitler ingiriese productos animales, tales como queso, mantequilla y leche, trataba de no comer carne para no alterar su "nervioso estómago". Sufría de indigestión y espasmos periódicos desde que era adolescente,16 así como de excesivas ventosidades y sudores incontrolables. El primer dato que se conoce de sus intentos por controlar sus problemas gástricos a través de la dieta aparece en una carta que escribió en 1911 cuando estaba en Viena: "Estoy contento de poderte anunciar que ya me siento completamente bien [...]. No fue sino una ligera indisposición y estoy intentando curarla con una dieta de frutas y verduras". Observó que, cuando reducía la ingesta de carne, no sudaba tanto y no manchaba tanto su ropa interior. También estaba convencido de que al comer verduras sus flatulencias no olían tan mal, algo que le resultaba sumamente embarazoso y que le angustiaba.
Tenía pánico a que le apareciese un cáncer (su madre había muerto así) y creía que la dieta carnívora y la contaminación eran las causantes de esa enfermedad. Sin embargo, Hitler nunca renunció completamente a sus platos de carne favoritos, especialmente las salchichas bávaras, las albóndigas de hígado y las piezas de caza rellenas y asadas.
También está la cuestión de si las políticas de estado de Hitler apoyaban o no el vegetarianismo. Es mantenido por la British Vegetarian Society que Hitler persiguió y cerró organizaciones y asociaciones vegetarianas alemanas como "Vegetarier-Bund Deutschlands” (cerrada por los propios miembros de la asociación ,tras decidir luego de una votación no unirse al "Movimiento Reformista Nazi" en 1936). Sin embargo, esto se debe a la prohibición general de los nazis de cualquier sociedad independiente y no a cualquier hostilidad hacia el vegetarianismo, que Hitler decía apoyar personalmente. "Vegetarier-Bund Deutschlands" sólo comenzó sus actividades legales después que los nazis perdieran la Segunda Guerra Mundial en 1945.
Para Hitler, la compasión y la ternura eran anatema; creía que la fuerza da la razón y que los fuertes merecían heredar la Tierra. Sentía un completo desprecio por los movimientos filosóficos vegetarianos y no-violentos, y se mofaba de Gandhi. En cierta ocasión, Hitler resumió así su visión del mundo: "Quien no posee el poder pierde el derecho a la vida".