Con mi huerto biológico sigo un poco el estilo de cultivo que propone Mariano Bueno, autor al que he leído y he asistido a varias de sus conferencias. Nunca he utilizado el motocultor en los doce años que trabajo mi “terruño”, pero aunque no labro la tierra sí que la volteo a mano en invierno con la laya o el palón en terrones lo más grandes que puedo levantar, eso me funciona, la tierra está viva con gran cantidad de lombrices e insectos varios, y en otoño aparecen setas en mitad del huerto, incluso setas grandes como la matacandelas, lo que es un indicador de la extensión de micorrizas por el subsuelo. También cubro con paja la superficie cultivada a modo de “acolchado” para mantener la humedad y los micronutrientes. También tiro cada año algo de compost que yo mismo elaboro con restos vegetales de mi comida, hierba seca, paja, y ceniza de leña, además de algún saco de estiércol seco y desmenuzado de caballo y vaca que recojo en un bosque donde pastan cerca de mi casa. Y ya digo que cada año brotan espontáneamente acelgas, tomateras, zanahorias, etc., por todo lo cual está claro que la tierra mantiene bastante bien su estructura y composición.