Aparentemente el humano prehistórico solía consumir pequeños insectos junto con las frutas y las verduras. Esos insectos eran la fuente de EPA y DHA, pero en nuestra alimentación actual ya no los consumimos y entonces podría ser necesario el suplemento en base a algas.
Además, en la prehistoria no se llegaba a sobrevivir a la edad crítica donde comienza el declive.