¡Hola a todas! Pues sí, después de aguantarme la noticia durante semanas, por fin me atrevo a anunciarlo: yo también estoy embarazada. El viernes cumpliré 17 semanas, pero no hemos empezado a anunciarlo hasta hace unos días, porque tengo dos malas experiencias previas (dos abortos en las primeras semanas, en enero de 2009 y febrero de 2010) y además ya tengo una edad, así que aunque me dicen que lo peor ya ha pasado no cantaré victoria hasta que lo/la tenga delante.
Para resumiros el embarazo hasta ahora, tuve un sangrado a las primeras de cambio (semana 5) que ya nos hizo pensar lo peor, y me recetaron óvulos de progesterona. También tuve la "suerte" (que me había ganado por mis desgracias anteriores) de que el ginecólogo me dijo que le avisara en cuanto me quedara embarazada, y gracias a eso durante 4 semanas (desde la 6 a la 10, cuando me pasaron a obstetricia) me hicieron una ecografía semanal. Si no hubiera sido por eso, me habría puesto histérica, porque no tenía ni el menor síntoma, ni vómitos ni nada, y no necesitaba otra cosa para pensar que se había parado...
Los análisis de la semana 12 salieron OK y ahora estoy esperando a finales de enero, cuando tengo la visita de la semana 20.
Lo peor que llevo es la inactividad, ahora por suerte ya relativa, pero al principio me mandaron reposo (lógico por otra parte) así que me tuve que despedir de mis 2-3 clases de spinning semanales, mi clase de tenis, mi kilómetro largo de natación y mis desplazamientos por la ciudad en bici... Espero que en la próxima visita ya me den luz verde para nadar, que es lo más suave, porque para acabar de arreglarlo me hicieron ya desde el principio la prueba de la sobrecarga de glucosa y yo, que nunca he tenido azúcar y que la glucemia basal me suele salir hasta por debajo del intervalo, voy y saco dos valores alterados. Me mandaron al endocrino, que me dio una dieta (evidentemente, llena de pechugas de pollo y filetes de pescado que tuneo a base de tofu y sucedáneos de la carne), así que imaginaos qué navidades he pasado, sin catar ni un triste sorbo de sidra y, lo peor, sin acercarme al turrón. Y si os digo que mi cuñada trabaja en los turrones Lacasa y que la familia de mi hermano, como quien dice, vive rodeada de chocolate, imaginaos el sacrificio...
A este paso, no me extraña que pese lo mismo, gramo arriba gramo abajo, que en la semana 5 cuando me pesó la matrona...