Ahora sí sirve insistir en los beneficios de la carne. Ya no hay un acoso moral de un grupo minoritario, sino una empresa que quiere vender su producto. Por supuesto ya hay que tomarse en serio aquello de que los animales sufren.Los científicos reunidos en Noruega admiten que una buena parte de la población no está aún mentalmente preparada para consumir carne in vitro. De hecho, prevén que una porción considerable de los costes de esta industria incipiente se irían en la creación de campañas de concienciación basadas en las supuestas bondades de esta carne: no tiene enfermedades, su producción contamina mucho menos y no provocará sufrimiento a los animales.
Lo veo venir. ¡Cuánta hipocresía!
Para nada me atrae comer carne. Su aspecto me repugna tanto como la necesidad de crear filetes in vitro porque donde no hay voluntad, que la tecnología nos saque del apuro.
¡Un saludo, Lulo!