Cuando nació mi hijo yo tenía un foxterrier de 2 años, puro nervio y muy mimado.
Seguí los consejos que había leído por acá y por allá:
1º dejar al llegar a casa con el bebé que el perro lo huela bien y no lo regañemos por olisquearlo o lamerlo (podemos tapar con nuestra mano la naricita, ojos y boca del bebé para protegerlo de efusiones babosas). El perro debe reconocer al recién llegado como nuevo miembro de la manada.
2º no dejar solos en la misma habitación al bebé y al perro, hasta que sepamos bien las reacciones del can.
3º no hacer muchos aspavientos si se intercambian los juguetes cuando el bebé va creciendo...
En resumen: hacer que el perro vea como algo natural la llegada del bebé y no como algo misterioso a lo que le está prohibido acercarse.
Yo nunca tuve problemas con mi hijo y el perro, tienen fotos juntos siendo mi hijo un comino.