Es bien sabido por todos que los dietistas-nutricionistas recomiendan hacer 5 o incluso 6 comidas al día. Y no siempre tienen por qué ser desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Lo que quizás no sepamos son todas las razones que hay detrás de esta recomendación ni de qué depende hacer 5 o 6 tomas diarias.

El asesoramiento por parte de un dietista-nutricionista para distribuir todas las comidas del día en función de los horarios y ajustarlas a su gasto energético resulta fundamental y más aún cuando los horarios y/o turnos de trabajo son muy cambiantes. Médicos, enfermeras, policías, bomberos, personal de limpieza, vigilantes de seguridad, investigadores, trabajadores con turnos rotatorios… son algunos ejemplos y cada vez más solicitan nuestra ayuda.

La distribución de las comidas hay que personalizarla según los horarios de trabajo y la situación personal de cada individuo ya que si una persona trabaja de 7 a 15h podría llegar a hacer 2 almuerzos y eliminar la merienda.
La merienda… ¿es cosa de niños?

Algo que nadie se plantea es ir a recoger a los niños del colegio sin llevarles su merienda. Y los mayores… ¿merendamos también? La merienda es una de las comidas que más obviamos los adultos, quizás porque pensamos que es cosa de niños, porque hemos comido tarde o porque estamos trabajando a esa hora.

Si pasan 5 o 6 horas entre la comida y la cena es suficiente para incluir una merienda de mayor o menor cantidad según las horas que pasen. Solo en el caso de comer muy tarde y cenar pronto podríamos obviar esta toma. Pero en ese caso es muy probable que pasen muchas horas entre el desayuno y la comida, algo que sucede en aquellas personas que trabajan 8 horas en el turno de mañana. La recomendación sería tomar un buen desayuno y 2 tentempiés a lo largo de la mañana, comida y cena.

En el caso de las personas que trabajan 8 horas en el turno de tarde la toma que se suprime es la media mañana y durante la tarde se recomiendan 2 meriendas siempre que sea posible.

Y en vacaciones… ¿por qué durante estos días o semanas nos olvidamos de almorzar y/o merendar? Hábitos que quizás cumplimos durante todo el año los dejamos en el olvido en nuestros días de descanso ya que los horarios, la compañía, el clima y el entorno son diferentes. Es tan sencillo como tomar una pieza de fruta bien sea a la playa, al monte o a una visita turística.

Sea cual sea la época del año en la que estemos los beneficios que vamos a obtener comiendo cada 3 o 4 horas son múltiples y te animamos a descubrirlos:

Se reduce o incluso desaparece la sensación de hambre.

Evita que comamos de forma impulsiva en la siguiente comida, más cantidad de la que conviene y con demasiada ansiedad. Si es la merienda la comida que hemos eliminado, vamos a cenar en exceso y la pesadez de estómago durante la noche hace que el sueño no sea del todo reparador.

Evita el picoteo que además suele ser a base de alimentos muy calóricos como embutidos, quesos, cacahuetes o dulces.
Consigue que la niveles de glucosa en sangre sean mucho más regulares evitando así picos o bajadas de la glucemia. Algunas personas metabolizan muy rápido la glucosa y después de varias horas sin comer aparecen una serie de síntomas como sudoración, temblor de manos, mareos…

Comiendo cada 3 horas evitamos estas hipoglucemias que aún es más importante en el caso de personas diabéticas que incluso han de añadir una sexta comida, la recena.

Aumenta la termogénesis alimentaria. Cada vez que comemos nuestro organismo comienza el proceso de la digestión y ello conlleva un gasto calórico. Cuanto mayor es el número de comidas, mayor es la termogénesis alimentaria, es decir, el gasto calórico que realiza el organismo en la digestión, absorción y asimilación de los nutrientes contenidos en los alimentos.

El estómago tiene que realizar menos esfuerzo y se resiente menos ya que las comidas son más frecuentes pero más ligeras porque la misma energía se reparte en 5 tomas.

Mejora la distribución de los carbohidratos a lo largo del día y aumenta su consumo de estos nutrientes. Repartir las comidas en 5 tomas al día se asocia a un mayor consumo de hidratos de carbono, un aspecto muy positivo, ya que generalmente se consumen menos carbohidratos de lo que se recomiendan.

Ayuda a conseguir las raciones diarias que se necesitan de frutas, lácteos o cereales. Los almuerzos y meriendas son las tomas en las que podemos incluir aquellos alimentos que nos faltan a lo largo del día para conseguir las 3 raciones de fruta o las 6 de cereales.