Página 1 de 2 12 ÚltimoÚltimo
Resultados 1 al 10 de 11

Tema: Justificandome.

  1. #1
    Siervo de Melkor Avatar de NoVhaJ
    Fecha de ingreso
    agosto-2007
    Ubicación
    Bogotá, Cundinamarca, Colombia
    Mensajes
    283

    Justificandome.


    Anoche, luego de un par de cócteles, un par de amigos y yo, al margen del resto de gente que nos acompañaba, nos ensañamos en una larga y hasta cierto punto amarga discusión. ¿El tema?... es o no es justo, necesario, bueno o correcto ser vegetariano. Después de tragarme argumentos sobre relativizar la verdad y cosas como "nada es real, todo vale, todo es mentira, no hay ni bien ni mal", y después de escuchar mucha basura sobre que la ética y la moral de cada uno es diferente según época/contexto/condición geopolítica etc etc... lance una serie de argumentos finales que he decantado en un pequeño texto que quiero mostrar aquí. A pesar de haber otras formas que yo mismo también considero para ser vegetariano, esta ha sido una de las mas "infalibles" que se me han ocurrido (La había estado construyendo de a pocos hace tiempo) para lanzársela a los cobardes de mis amigos a la cara. Al final he terminado bastante rayado... de mal genio, pues como siempre les queda el comodín estupido del "gusto" y la "libertad de gustos"... (No los llame ni cobardes ni estupidos ni nada por el estilo... solo queria desahogarme con eso)


    ...




    Trascendiendo la resquebrajada moral judeo cristiana, y los modelos de moralidad arcaicos y obsoletos, mas halla de toda ética propia de culturas ajenas a la que nos es propia, se encuentra una ética y una moral propia del espíritu humano, muy básica, humilde en la esencia de su expresión, que no contempla dogmas o fundamentalismos, y que obedece solo y solo a la necesidad ultima y mas profunda del ser humano frente al mundo que lo rodea; Aquello casi instintivo que esta en nuestro interior, y que es mas fuerte que cualquier otra cosa.

    Esta certeza suprema, este juicio interior, este discernimiento de lo correcto y lo incorrecto con el que hemos sido dotados, nos permite saber si debemos o no, contemplando la posibilidad de igualmente poder hacerlo, llevar acabo alguna acción. Y teniendo en cuenta que nuestras acciones tienen repercusiones sobre nuestro entorno, y sobre todos los SERES, evaluamos cada acción que decidamos tomar hasta juzgarla como plausible o no. Es en virtud de este espíritu con el que estamos investidos, y es en virtud de su fuerza, que nos inspira a determinar lo que hacemos con el mundo que nos rodea, que tomamos decisiones cruciales.

    Este instinto primitivo, se encarga solo de juzgar las cosas más primigenias, más substanciales, más básicas, que afectan al SER. No se trata de juicios elaborados sobre la razón o el conocimiento, o sobre la dignidad o sobre la ética compuesta de una religión. Son pulsiones inmediatas que pueden evitar que podamos llevar acabo alguna acción, como podría ser, el atacar a alguien en un momento de ira. Nuestra naturaleza nos dictaminara en seguida que no debemos hacerlo, sea cual sea el motivo. Seguidamente habrá un enfrentamiento en nuestro interior, a la velocidad de un relámpago, y finalmente, según hallamos decidido por nosotros mismos que cosa es mas valedera, si nuestro instinto de no atacar o nuestro impulso agresor por llevar acabo una acción violenta contra alguien, es lo mas meritorio, y entonces, actuaremos según lo que halla vencido a su vez dentro de nosotros mismos.

    No hace falta pertenecer a un grupo humano particular, a una religión, o poseer característica individual alguna. Basta con nuestra condición de seres humanos para poder emitir dicha clase de juicios que determinan nuestro curso a seguir.

    Conforme a nuestra voluntad natural e innata de no agredir a nuestros semejantes, aun cuando existen millones de seres humanos capaces de matar a sangre fría, esta allí en nosotros esta urgencia suprema por no violentar el derecho más importante de todos, el derecho a la vida de los demás. Conforme a ella nos negamos, muchos de nosotros, a participar de la agresión constante que el ser humano ejerce sobre el ser humano. Algunas veces cedemos, y accedemos por encima de nuestros impulsos más profundos, a dañar a alguien. Y en algunos casos, es tan extrema la inhibición de nuestro espíritu humano, que podemos llegar a transformarnos, luego de una debida y muy traumática experiencia, en maquinas genocidas que no contemplen consideración alguna sobre el valor de la vida de los demás. Sin embargo, ese estado deplorable del SER en el que se puede asesinar sin miramientos, es totalmente contrario al espíritu humano mismo. El ser humano por su naturaleza no desea causar sufrimiento, y solo después de un agónico proceso de inhibición, violencia y adiestramiento, puede suprimir su propia naturaleza y convertirse en asesino.

    En virtud de dicha naturaleza, además, existe entonces una voluntad de no causar sufrimiento, que esta completamente ligada a una necesidad de no matar, y de respetar la vida del otro. Existen en nosotros algo que nos angustia y nos desespera, algo que reza en nuestro interior, y nos pide que nos cuidemos de la soberbia, la tiranía y el despotismo. Que tengamos cuidado con aquellos que están a nuestro alcance indefensos y que podemos llegar a dominar. Que tengamos cuidado de no violentarlos, no agobiarlos, no llevarlos a las indeseables profundidades del trato indigno y humillante.

    En ese sentido, y conforme a ese orden de ideas, es evidente que, allende en la remota infancia de la humanidad, cuando aun habitábamos cavernas y no había disposiciones sociales complejas, los seres humanos despertamos a esta naturaleza, y tomamos un curso de acción. Dentro de la tribu tubo pues que establecerse que no matar a los propios miembros de la tribu era un deber, aun cuando pudiera ser transgredido dicho deber. En aquel remoto punto, extremo y crucial, nuestra supervivencia era nuestra primera tarea. Y en ese sentido, la búsqueda de alimento era esencial. En consecución con dicha realidad, la caza y muerte de animales era un innegable requerimiento para mantenernos con vida, debido a que las demás fuentes de alimentos que hubiésemos podido consumir, no nos resultaban del todo claras o no sabíamos como obtenerlas. Sin embargo, de haber podido escoger, siempre habríamos preferido un alimento menos complejo de conseguir que el tortuoso proceso de la caza, en el que el desgaste físico es en un extremo inapropiado, y peligroso, por lo que no es pues una fuente ideal de sustento para sobrevivir. De haberlo sabido, habríamos escogido consumir otros alimentos que nos hubiesen permitido sobrevivir. Y con mucha seguridad, habríamos preferido otros alimentos distintos del sanguinario acto de matar a un animal y despellejarlo mientras aun exhalaba su aliento, todo en nombre de nuestra supervivencia. Porque, para saberlo, no podemos más que apelar a nuestra naturaleza humana. Y si, nos preguntásemos en este momento, si pudiésemos conseguir exactamente lo mismo que estamos acostumbrados a consumir, que tanto nos encanta, de una fuente que no requiera el matar a nadie, y por otro lado, permaneciera la fuente sanguinaria de alimento, y nos cuestionáramos, cual fuente preferiríamos, sin duda alguna, preferimos aquella que no necesita de la muerte de nadie, siempre y cuando nos ofrezca el mismo placer que nos provoca el sabor de los alimentos obtenidos de la muerte de otros seres.

    continua ===>
    "In somnis Veritas"

  2. #2
    Siervo de Melkor Avatar de NoVhaJ
    Fecha de ingreso
    agosto-2007
    Ubicación
    Bogotá, Cundinamarca, Colombia
    Mensajes
    283
    Sin embargo, no somos ni los hombres de las cavernas, ni los hombres de las cavernas son como nosotros. Más, en cuanto a lo esencial se refiere, algún rastro debe sobrevivir en nosotros de ellos, y no puede ser otro que el de nuestros instintos más básicos. ¿Y no preferimos obtener nuestro sustento de una fuente que no nos arrastre a contemplar el asesinato de un ser humano, o la muerte de un animal? Por supuesto que preferimos no-sacrificar al que será objeto de nuestro sustento, y por supuesto que quisiéramos que la carne que nos ofrendamos proviniera de algún lugar fantasioso en el que el excesivo precio de la vida de alguien más no deba ser pagado. Sin embargo, la realidad nos impide un mundo en el que podamos obtener lo que se nos ha enseñado que es placentero comer y que por ende es lo más correcto para nosotros mismos, ya que hemos sido condicionados para buscar siempre como fin ultimo el placer y/o la felicidad/plenitud del SER.

    No en un sentido religioso, moralista o con complicación conceptual alguna. Sencillamente, como mejor podamos llegar a sentirnos. Esto puede asegurarse de cualquier ser humano a lo largo de la historia.

    Como no existe forma alguna de evitar que paguemos el precio ignominioso del sacrificio de la vida de otro SER, decidimos pagarlo. Para poder continuar consumiendo el producto de la caza, a pesar del maravilloso descubrimiento de la agricultura. E incluso, en un nefasto y absolutamente repudiable suceso, creamos algo para brindarnos con el fruto que exige la necesidad egoísta por mantener nuestra sed de sangre y carne satisfecha, diseñamos el mas macabro de los inventos del hombre: La ganadería, el campo de concentración, el lugar del exterminio de la vida, sistematizado, alienante y absoluta y completamente movido por el mórbido deseo de satisfacer un gusto que no es ni innato ni substancial, si no que se justifica completamente en una necesidad artificial, implantada alienígenamente por alguien mas en nosotros, tal como se hace con el soldado o el mercenario al punto que se aficionan a matar.

    Porque la carne nunca fue una necesidad substancial si no solo una medida desesperada de tiempos desesperados. De haber tenido la posibilidad, la humanidad se habría salvado por otro medio distinto del de la muerte. Fue solo una condición extrema, y desafortunada, la que nos arrastro hasta aquel punto.

    Y con el nacimiento de la ganadería, se perpetúa en evidencia eterna uno de los mayores signos de nuestro espíritu: La eterna búsqueda por hacer menos dolorosa y traumática la industria que nos ofrenda sus libaciones, sus regalos de carne y sangre, sus festines de muerte. Esta eterna búsqueda por hacernos menos angustioso el proceso de obtener nuestro tan desesperado deseo por carne se traduce en una necesidad por hacer que los individuos que deben pagar el precio mas alto, sufran menos, que los animales insertados en los circuitos inhumanos de producción de sangre, carne y vísceras no se vean expuesto a una violencia demasiado extrema, y que halla la menor expresión de crueldad posible.

    Por supuesto, esto es un absurdo. ¿Existe una manera humana de matar? Indiscutiblemente no. Sin duda alguna existe menos dolor en una muerte rápida y limpia que en una lenta y tortuosa. Más ninguna de las dos es más humanamente aceptable, ninguna de las dos ofende menos nuestra esencia y nuestro espíritu siempre en búsqueda de la libertad de la no-agresión. Toda muerte violenta es en si misma beligerancia y agresión desproporcionada, no importa que eufemismos se utilicen para referirse a ella. Deseamos no matar, diseñamos maneras más rápidas, más sistemáticas, menos dolorosas, de matar. Sin embargo, siempre persiste en nosotros la percepción del dolor de los animales, de los SERES. Deseamos desde lo mas profundo de nuestras almas, nosotros que aun dejamos que el espíritu humano se manifieste, que no se mate ni se dañe en nuestro nombre. No quiero, y nunca quise, no necesito, y nunca necesite, no pido, y nunca pediré, que se mate en mi nombre o por un vicio a mi nombre. Jamás pediré que alguien más se sacrifique por mí. No soy un cobarde, no tengo temor, no necesito de la muerte de alguien más para vivir.

    Al margen de los seres humanos que aun se corresponden con su esencia, con aquello más natural y mas substancial correspondiente a nosotros como seres humanos, existe todo un genero de SERES desafortunados, tan humanos como nosotros, que sin embargo, han caído en desgracia, y han nacido en el sistema del engaño y la depravación. ¿Y cual es este?

    No tiene nombre propio. No esta localizado, no es particular, no esta específicamente identificado. Es cualquier sistema, cualquier forma de gobernar, cualquier forma de exigir, fomentar o formar, a los seres humanos, bajo preceptos artificiales, construcciones culturales, que los alejan de su espíritu y de su esencia. Cualquier estructura social que forme a sus individuos para matar justificándose en valores morales nulos y completamente engañosos, falsos, que no se sustentan en lo único que podemos llamar real y verdadero, aquello que es común para todos nosotros, aquella sensibilidad que en todos nosotros vive y permanece presente.

    El gusto por la carne es una construcción social, es una necesidad implantada en nosotros que no se corresponde con nuestro espíritu. ¿Y porque deberíamos aceptar entonces como tal dicho artificio antinatural?

    Mas halla del bien y del mal, existe aquello con lo cual nosotros nos identificamos, y con lo que nos sentimos a gusto. Con un sentido de lo correcto, podemos saber si debemos hacer algo o no, volviendo entonces al principio de todo. Nuestro espíritu nos dice que es lo que realmente es verdadero en nosotros, correcto, y nadie más. ¿Es realmente el gusto por la carne algo que hemos escogido ejerciendo nuestra libertad, o se nos exige su consumo abusivamente, y en detrimento de lo único que es real y verdadero en nosotros?

    Jamás hemos escogido comer carne por gusto o por necesidad. Solo en una remota época de la que no queda rastro alguno nos vimos arrastrado a ello. Más no ahora, que ya no es necesario, y que entendemos que nunca ha sido justo. Aun cuando verdad y mentira sean relativas, aun cuando bondad y maldad sean terreno pantanoso, cuando se trata de nosotros mismo y de mirar en nuestro interior todo aparece muy claro, y la respuesta es obvia. Ni deseamos matar a alguien cada día por el resto de nuestras vidas para poder vivir, ni la mayoría de nosotros esta en capacidad de hacerlo. Son unos pocos quienes nos obligan a una realidad abominable como esa.

    Yo me resisto, abro mis ojos y mi alma de par en par, y busco en las estrellas, en la tierra, y en mi interior por la verdad sobre mi mismo y lo que soy. He descubierto que no soy un asesino, ni un matador de animales, ni que deseo que se me ofrende sacrificio alguno. No lo necesito, no lo quiero, y no lo acepto. Existe una enorme tarea en ello, una lucha muy larga y muy ardua.


    Pienso extenderlo mas, argumentar mas cosas, construir un solo texto enorme que sea completamente blindado e infalible...

    Acepto toda la ayuda que quieran prestarme para ello.

    Saludos.
    "In somnis Veritas"

  3. #3
    Siervo de Melkor Avatar de NoVhaJ
    Fecha de ingreso
    agosto-2007
    Ubicación
    Bogotá, Cundinamarca, Colombia
    Mensajes
    283
    ¿Tan mal a quedado? xD
    "In somnis Veritas"

  4. #4
    Usuari@ expert@ Avatar de erfoud
    Fecha de ingreso
    julio-2006
    Ubicación
    San Sebastián (Guipúzcoa)
    Mensajes
    7.110
    Jo, Novhaj, qué elaborado! Yo de todas maneras opto por argumentos simples e irrefutables. Se reducen a esto:
    1- LOs animales sufren (sufrimos)
    2- No es en absoluto una necesidad para el ser humano ( al menos en el 1er Mundo)alimentarnos de ellos, ni vestirnos con ellos, ni entretenernos a su costa.Su explotación obedece a un CAPRICHO
    3- Por lo tanto no es ético hacerlo
    Simple, ¿no? ¿Quien podría refutarlo?

  5. #5
    cocinando otras ideas... Avatar de arrels
    Fecha de ingreso
    julio-2007
    Mensajes
    11.697
    Cita Iniciado por NoVhaJ
    ¿Tan mal a quedado? xD
    Que va Novahj , como te lo has currado.
    Piensa que es fin de semana y entra al foro menos gente .
    Y también es posible que dejen ciertos temas para otro día (yo cuando estoy triste ,que no es el caso,evito leer los temas que hay en animales y medioambiente )

    Gracias por compartirlo
    Última edición por arrels; 01-mar-2008 a las 17:58
    Bolsos y complementos sin elementos de origen animal :
    El Vol De La Papallona

    La Papallona en facebook

    Mi blog de cocina vegana:
    La Dolce Vita Vegana

    Una gran web de ZEN_ic : RespuestasVeganas.Org

  6. #6
    cocinando otras ideas... Avatar de arrels
    Fecha de ingreso
    julio-2007
    Mensajes
    11.697
    Cita Iniciado por erfoud
    Jo, Novhaj, qué elaborado! Yo de todas maneras opto por argumentos simples e irrefutables. Se reducen a esto:
    1- LOs animales sufren (sufrimos)
    2- No es en absoluto una necesidad para el ser humano ( al menos en el 1er Mundo)alimentarnos de ellos, ni vestirnos con ellos, ni entretenernos a su costa.Su explotación obedece a un CAPRICHO
    3- Por lo tanto no es ético hacerlo
    Simple, ¿no? ¿Quien podría refutarlo?
    Nadie es imposible, impensable y más si te lo dice un pollo armado, por cierto una duda , ¿está cargada?
    Bolsos y complementos sin elementos de origen animal :
    El Vol De La Papallona

    La Papallona en facebook

    Mi blog de cocina vegana:
    La Dolce Vita Vegana

    Una gran web de ZEN_ic : RespuestasVeganas.Org

  7. #7
    Siervo de Melkor Avatar de NoVhaJ
    Fecha de ingreso
    agosto-2007
    Ubicación
    Bogotá, Cundinamarca, Colombia
    Mensajes
    283
    Precisamente estoy en busca de los argumentos mas solidos e irrefutables. Mas sin embargo, como esto lo estoy construyendo aparte del discurso que normalmente damos hablado (Que debe ser mas sencillo porque no siempre estas en la disposicion de soltar algo como lo que escribi aca...) pues queria hacer un escrito muy solido pero compuesto y bien elaborado.

    Voy a seguir reescribiendolo, revisandolo, y agregandole cosas. Hay uno punto muy importante, que es el de la guerra... creo que la guerra es exactamente lo que nos a arruinado... con la guerra nace la esclavitud, incluida la animal, y es un buen punto a tratar.

    Saludos y gracias a los dos.
    "In somnis Veritas"

  8. #8
    A ver que dan! Avatar de frantxi
    Fecha de ingreso
    octubre-2006
    Ubicación
    Galicia
    Mensajes
    2.043
    Yo no suelto ese pedazo discurso ni colocado. Difícil para mí decirlo será.
    Es demasiado fácil estar en contra de algo, lo difícil es pensar un poco más para ofrecer alternativas.

  9. #9
    Veg@n Avatar de galucha
    Fecha de ingreso
    noviembre-2007
    Ubicación
    barcelona
    Mensajes
    2.171
    Peazo de discurso. Está muy bien.
    Yo también soy simple en la respuesta, PORQUE SÍ, harta de dar explicaciones que siempre te replican. Que piensen lo que quieran.


    "HASTA SIEMPRE MIS NIÑAS PRECIOSAS, OS QUIERO MUCHO, NO OS OLVIDARE JAMAS, DEP" NENA 30/11/2009 - LANA 17/05/2011

    "Aquel que no sabe amar a los animales...es incapaz de amar al ser humano"


    www.elclubdekat.org

  10. #10
    01 Ene '08 Avatar de Puella Beatrix
    Fecha de ingreso
    enero-2008
    Mensajes
    103

    Muy bueno el discurso, sin embargo yo, al igual que Erfoud prefiero las cosas más sencillas y decirlo de una forma más simple. La razón por la cual lo hago es la siguiente:

    Una persona, que vive siguiendo las pautas que le dictan los demás y lleva un estilo de vida sólo por comodidad ó costumbre, es porque no se detiene a razonar el porqué de sus acciones, entonces esa persona no está acostumbrada a razonar (lo digo sin intenciones de ofender a la comunidad omnívora) Y si no utiliza esta maravillosa capacidad, cualquier argumento simple ó rebuscado no servirá de nada porque simplemente, le da flojera pensar.
    ¿Puede haber mayor delito que introducir entrañas en las propias entrañas, alimentar el cuerpo con otros cuerpos, y conservar la vida dando muerte a un ser que, como nosotros, vive?
    Espero con premura, que llegue el día en que los toros, puedan devolver a los toreros todos los maltratos que llevan sufriendo desde antaño. Sería lo justo,
    Nunca mojes tu pan en la sangre de los animales ni en las lágrimas de tus semejantes...

Página 1 de 2 12 ÚltimoÚltimo

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •