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Los antiácidos no son inocuos
Los medicamentos inhibidores de la secreción ácida gástrica -de los que los más conocidos son la Ranitidina y el Omeprazol- son eficaces pero aumentan el riesgo de padecer neumonía. Así lo ha descubierto un grupo de investigadores holandeses al sospechar que limitar la acción de los jugos gástricos con ellos podría impedir la destrucción de las bacterias patógenas que ingerimos con la comida. Bacterias que pueden colonizar en tal caso el estómago y alcanzar el aparato respiratorio en mayor cantidad produciendo infecciones. Pues bien, su sospecha se confirmó tras analizar el historial médico de casi 370.000 pacientes y constatar que muchas de las personas consumieron esos fármacos antes de sufrir una neumonía. Según sus datos, el riesgo de duplica. Asimismo, vieron que el riesgo era mayor cuanto mayor era el consumo de antiácidos. Cabe añadir que tanto la Ranitidina como el Omeprazol -que con tanta inconsciencia y ligereza se toman- puede provocar numerosos problemas: malestar estomacal, dolor de estómago, dolores de cabeza, diarreas, estreñimiento, vómitos, mareos, sarpullido, tos... Y no digamos ya si se toman conjuntamente con otros fármacos con los que interactúan negativamente. Sea pues sensato. Antes de tomar esos fármacos pruebe a beber agua en abundancia.