Un reciente estudio indica que los bajos niveles de DHEA se correlacionan con un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.

Adicionalmente, la suplementación de DHEA mejora el sistema inmune, tiene efectos antiinflamatorios y anticancerígenos, mejora la función cognitiva, previene la osteoporosis y mejora el bienestar físico y psicológico.

Los bajos niveles plasmáticos de DHEA se correlacionan con un mayor riesgo de padecer una enfermedad coronaria.

La DHEA (dehidroepiandrosterona) es la hormona esteroidea más abundante en el cuerpo humano. Se secreta en las glándulas suprarrenales y es un precursor (prohormona) de otras hormonas como la testosterona, el estradiol, la progesterona y la corticosterona.

Tiene efectos beneficiosos sobre el sistema inmune, efectos antiinflamatorios, anticancerígenos, mejora la función sexual, el metabolismo y el equilibrio emocional. Además mejora la función cognitiva, ayuda a combatir el estrés y reduce la grasa visceral asociada a la diabetes y la enfermedad cardiovascular.

En relación a esta última función, un reciente estudio publicado en el Journal of American College of Cardiology (1) ha observado que los bajos niveles plasmáticos de DHEA y su forma sulfurada DHEA-S se correlacionan con un mayor riesgo de padecer una enfermedad coronaria – en hombres de 69 a 80 años -, aunque no de tener una enfermedad cerebro-vascular. El estudio fue realizado en Suecia y monitorizó a 2.614 hombres de entre 69 y 80 años durante 5 años.

Los niveles plasmáticos de DHEA alcanzan su valor más elevado entre los 25 y 30 años, momento a partir del cual van disminuyendo con el paso de los años. De hecho es una de las hormonas que empieza a disminuir en edades más tempranas.

Sus valores en el límite alto de la normalidad son un biomarcador general de buen estado de salud y algunos autores la han propuesto como un biomarcador del envejecimiento (2). No obstante los autores del estudio sueco aseveran que aunque los bajos niveles se asocian con un mayor riesgo, esto no quiere decir que el tratamiento con DHEA pueda reducir este riesgo.

Realmente este estudio no hace sino corroborar algo que ya se sabía desde el siglo pasado. En 1986 la prestigiosa revista New England Journal of Medicine (3) publicaba “…estos datos sugieren que los niveles plasmáticos de DHEA-S se relacionan inversamente con la mortalidad, especialmente de tipo cardiovascular en hombres de más de 50 años”.

La suplementación de DHEA reduce la arteriosclerosis, previene la osteoporosis y mejora el bienestar físico y psicológico.

Sorprende que a pesar del efecto positivo de los buenos niveles plasmáticos de DHEA-S y de ser una de las hormonas que antes disminuyen con el paso de los años, su suplementación no esté adoptada por la “medicina oficial”, más aun cuando hay literatura científica (4)(5) que demuestra que su suplementación reduce el desarrollo de la arteriosclerosis, previene la osteoporosis y mejora el bienestar físico y psicológico, tanto en hombres como en mujeres, en ausencia de efectos secundarios importantes. El motivo de esta incongruencia científica puede ser el desinterés de la farmaindustria por esta molécula, más bien por motivos de rentabilidad económica que de resultados beneficiosos sobre la salud.

Los niveles plasmáticos “normales” de DHEA-S oscilan en una amplia franja desde los 2,17 hasta los 15,2 micromoles/litro, siendo los niveles por encima de 9,5 micromoles/litro los que se corresponden con la plenitud vital de los 25-30 años. Este es precisamente el objetivo que buscamos en los tratamientos de Medicina Preventiva Antiaging de Neolife en cuanto a este biomarcador:

mantenerlo por encima de 9,5 independientemente de la edad o sexo del paciente, cuando lo normal en una persona no suplementada de más de 45 años es que no sobrepase los 4 micromoles/litro. Si bien la bajada de los niveles de DHEA-S no es la causa del envejecimiento, sí es una consecuencia de este, y además es co-responsable de numerosos síntomas que se asocian a este proceso. Su reposición (mediante una adecuada terapia de reemplazo hormonal) mejora la calidad de vida y previene las enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Nada nuevo, pues ya fue publicado hace 20 años (6).

BIBLIOGRAFÍA:

(1) Asa Tivesten; Liesbeth Vandenput; Daniel Carlzon; Maria Nilsson; Magnus K. Karlsson; Claes Ohlsson; et al. “Dehydroepiandrosterone and its Sulfate Predict the 5-Year Risk of Coronary Heart Disease Events in Elderly Men.” J Am Coll Cardiol. 2014; 64(17):1801-1810.

(2) Baulieu EE, Thomas G, Legrain S et al. Dehydroepiandresterone (DHEA), DHEA sulphate, and aging: contribution of the DHEAge study to a sociobiomedical issue. Proc Natl Acad Sci USA 2000; 97: 4279-4284

(3) Barret-Connor E, Khaw KT, Yen SS. “A prospective study of dehydroepiandrosterone sulfate, mortality, and cardiovascular disease”. N Engl J Med. 1996 Dec 11;315 (24):1519-1524

(4) Morales AJ, Nolan JJ, Nelson JC et al. “Effects of replacement dose of dehydroepiandrosterone in men and women of advancing age”. J Cin Endocrinol Metab. 1994 Jun; 78(6):1360-1367.

(5) Labrie F, Diamond P, Cusan I, et al. “Effect of 12-month dehydroepiandrosterone replacement therapy on bone, vagina and endometrium in postmenopausal women”. J Clin Endocrinol Metab.1997 Oct;82(10):3498-3505

(6) Baulieu EE. Dehydroepiandrosterone (DHEA): a fountain of youth? J Clin Endocrinol Metab 1996; 81:3147-3151