Ventajas:
Bajas calorías: es un alimento que si bien aporta muchos nutrientes, tiene bajas calorías, a diferencia de ciertos snacks y dulces, que sí aportan muchas calorías y casi nada de nutrientes.
Gran variedad nutritiva: está considerado uno de los alimentos más completos, contiene proteínas de alto valor biológico, grasas, hidratos de carbono, agua, vitaminas tanto hidrosolubles como liposolubles y minerales.
Previene la osteoporosis: siempre que su consumo haya sido el adecuado durante la infancia y la adolescencia, es decir en la etapa de desarrollo óseo, puesto que la leche es una gran fuente de calcio.
Pero contrariamente a lo que se cree, una vez instalada la osteoporosis en la edad adulta su acción preventiva es nula.
La alimentación que se lleva a cabo durante la etapa de crecimiento será crucial para la edad adulta.
Favorece la formación de nuevos tejidos en el organismo: durante la etapa de crecimiento infantil, embarazo, intervenciones quirúrgicas, quemaduras, fracturas, etc.
Desventajas:
Carente en algunos nutrientes: como la fibra, hierro o vitamina C. La leche de vaca no aporta la proporción ideal de aminoácidos, por eso aunque sus proteínas son de buena calidad, no son completas. Lo ideal es combinar las proteínas lácteas con proteínas de cereales para que la suplementación sea óptima.
Irritante para el aparato digestivo: en personas sensibles puede producir: cólicos abdominales, agravación del colon irritable y de las úlceras gastroduodenal (por un efecto rebote de la secreción ácida, al momento calma la acidez, pero luego la secreción ácida aumenta), inflamación y hemorragias intestinales en lactantes.
Puede agravar la artritis reumatoidea: ya que los complejos antígeno-anticuerpo generados por la leche pueden depositarse en las articulaciones provocando su inflamación y entumecimiento.