Hola, Hernan:
Las etapas de transición son comprensibles y aceptables; sin embargo, ello no refuta las implicaciones morales. El vegetarianismo es una dieta que unos adaptan por ética, otros por salud y otros por ecologismo. Quien lo haga por ética podrá finalmente ser vegano; pero no quien lo haga por salud o medio ambiente.
La clave radica en considerar que el veganismo no equivale a "vegetarianismo estricto" en esa escala de valores que propones; sino que es un principio ético basado en el rechazo a la explotación animal (estatus de propiedad) debido al reconocimiento de intereses inalienables. Uno puede ser vegano o no serlo; pero no puede ser "semi-" o "medio-" vegano. Al igual que uno no puede ser semibueno, semimalo, semiracista, o semidefensor de algún derecho.
Si no expresamos abiertamente que el vegetarianismo también causa víctimas estamos engañándonos a nosotros mismos y haciéndoles un flaco favor a las víctimas que sufren dichas explotaciones o se destinan a otras no cubiertas por la dieta; tales como la vestimenta u el ocio. Un vegetariano puede perfectamente ser taurino, gustarle la caza, los abrigos de visón o montar a caballo.
Situar la alimentación por encima de otras formas de explotación no responde sino a un juicio personal, no objetivo. Por ende, trato de destacar la importancia rechazar toda forma de explotación animal (ser vegano) como única forma de ser justos con todas las víctimas. La transición está bien cuando es eso, una transición.
Te recomiendo este artículo al respecto: http://filosofiavegana.blogspot.com....-un-error.html
Un saludo cordial.