Acoso escolar
La dirección remite a la Consejería de Educación
"Si es mentira, que lo digan oficialmente"
Actualizado 21/01/2016
03:04
Decenas de padres y otros familiares se arremolinaban en torno a la puerta lateral del
Colegio Nuestra Señora de Los Ángeles, en el madrileño distrito de
Villaverde. Como no podía ser de otra manera, sobrellevaban la espera de la salida de los críos departiendo sobre uno de los temas del día:
la carta de suicidio del pequeño Diego G., que ayer publicó EL MUNDO y que ha servido de todo menos para tranquilizarlos.
En la
misiva, el niño, de tan solo 11 años, afirmaba que el motivo de quitarse la vida no era otro que el tener que acudir al centro concertado de la Orden de Los Mercedarios Descalzos, donde cursaba sexto de primaria. "No aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir", dejó escrito el menor antes de
arrojarse al vacío desde la quinta planta de su domicilio, en el municipio de
Leganés, el pasado 14 de octubre. Según denunciaban sus padres a través de este diario, "no soportaba el colegio, la presión que tenía allí".
Actualizado 21/01/2016
03:04Decenas de padres y otros familiares se arremolinaban en torno a la puerta lateral del
Colegio Nuestra Señora de Los Ángeles, en el madrileño distrito de
Villaverde. Como no podía ser de otra manera, sobrellevaban la espera de la salida de los críos departiendo sobre uno de los temas del día:
la carta de suicidio del pequeño Diego G., que ayer publicó EL MUNDO y que ha servido de todo menos para tranquilizarlos.
En la
misiva, el niño, de tan solo 11 años, afirmaba que el motivo de quitarse la vida no era otro que el tener que acudir al centro concertado de la Orden de Los Mercedarios Descalzos, donde cursaba sexto de primaria. "No aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir", dejó escrito el menor antes de
arrojarse al vacío desde la quinta planta de su domicilio, en el municipio de
Leganés, el pasado 14 de octubre. Según denunciaban sus padres a través de este diario, "no soportaba el colegio, la presión que tenía allí".
... ...
La opinión de este padre era una de las más repetidas entre las personas que aguardaban al sonido de la sirena en los exteriores del colegio concertado. Sin embargo, las había de todo tipo. "Pues yo no creo que aquí haya acoso, me suena todo muy raro", replicaba el abuelo de un niño del mismo curso del menor fallecido, que aseguraba sobre él que "era muy introvertido y no encajaba bien las críticas". "Jugaba de portero y cuando le metían un gol se enfadaba y dejaba de jugar", aseveraba el anciano.