el araquidónico, omega-6 procedente del cabeza de fila linoléico, y los eicosapentaenóico y docosahexaenoico, omega-3 procedentes del alfa-linolénico, regulaban procesos esenciales y delicados en el organismo humano.
Es esencial tomar todos los días unos cinco gramos de ácido linoleico, algo casi imposible de no llevar a cabo, así como unos 300 miligramos de DHA preformado.
Soy consciente de que muchos consideran al LA y ALA como los ácidos grasos esenciales, y no al DHA, pero no comparto esa idea. La conversión de ALA a DHA es prácticamente nula (~0.1% para primates humanos macho adultos [Williams, 2006; Burdge, 2006, 2003, 2002; Calder, 2005]), requiriendo además de condiciones muy estrictas para que se lleve a cabo de forma óptima, en relación a las vitaminas y minerales que han de estar presentes simultáneamente (C, B6, Mg, Zn, etc.…) así como en cuanto a la competencia por las enzimas delta-5- y delta-6-desaturasas con los omega-6, que suelen encontrarse en una relación desmesuradamente superior en las dietas convencionales modernas, ricas en aceites vegetales de semillas y en cereales, y pobres en hojas verdes y leguminosas.
• El DHA es un componente fundamental del cerebro, sistema nervioso en general, y de la retina. Muchos vegetarianos tienen serios problemas de visión (degeneración macular entre otros) así como de daños al sistema nervioso por la sinergia causada entre una deficiencia subclínica de DHA (lo que se mide en sus eritrocitos) así como de vitamina B12.
Una de las malinterpretaciones que más se dan es la que dice que para maximizar la conversión al omega-3 DHA consumiendo ALA, como por ejemplo aceite de lino, se deberían restringir los alimentos con omega-6, como aceites o semillas de girasol. Eso no es cierto. La conversión de ALA a DHA no varía sea cual sea la cantidad de omega-6 en la dieta siempre que la cantidad de ALA sea la suficiente para que no haya carencia de sustrato [Goyens, 2006]. Eso es así por la preferencia que muestra el juego de delta-desaturasas por la familia omega-3.