Nessie, claro que estamos en la perogrullada: todo cambio voluntario cuesta un esfuerzo, sí. Pero no es menos cierto tampoco que muchos fracasan en el intento y, perogrullada o no, se merecen un respeto. Hasta los fracasados se merecen un respeto. No hay que ser tan exigentes (aquí viene bien la frase "el que esté libre de culpa, etc.")
Sobre el segundo tema, podrá extrañarte, a mí no. En una sociedad de individualista no es raro que te salgan con eso. Por otro lado, puede muy bien ocurrir que ni siquiera haya amigos de confianza a quienes ofrecer la carne. De todos modos, hemos llegado a la solución, yo al menos, que consiste en dar el hígado a los gatos en un parque cualquiera. Saludos.