Primero de todo, bienvenidx, que no te dí la bienvenida, creo.
Como veo que ha surgido lo de las abejas y se ha citado mi corta (y agridulce) experiencia con ellas, pues te cuento un poco sobre lo que aprendí esos días.
Trabajé con una apicultora que produce miel "casi ecológica". No tiene la certificación, pero de quitado uno o dos productos que les da a la colmena, las condiciones y la forma en que lo hace se acercan a apicultura ecológica.
Las abejas estaban muy bien atendidas. Entorno tranquilo, alejado de ruídos, humanxs, campos de cultivos que pudiesen estar contaminados con pesticidas...incluso protegidas en parte de la lluvia, en alguna de las fincas, debido a la maravillosa vegetación al pie de los panales.
Recogían su polen de hermosos y abundantes castaños.
Todo muy bonito.
Hasta que llegamos nosotros, y abrimos las puertas de sus casas de par en par y las aturdimos gaseándolas con el humo procedente de la combustión de hojas y palitos secos.
Algunas se quedaban atontadas. Otras se cabreaban y te picaban (y luego morían). Y otras muchas simplemente "bailaban" el baile del desconcierto.
Mucho amor sí, existe en entrar a saco en lo que un ser sintiente considera su hogar, su cueva, refugio, lugar seguro...me da igual.
Luego le retiramos todo su trabajo. Toda su comida y nos la llevamos.
No sin antes cargarnos a varias, muchas, demasiadas...por aplastamiento, al quitar y recolocar las estructuras.
Metimos lo que no era nuestro en una furgoneta y ellas nos seguían.
Incluso las llevábamos dentro.
A dónde iban?
A la muerte otra vez por desorientación, por ejemplo.
Llegamos y descargamos los panales. Sus casas.
Con ellos hicimos miel. Su comida.
La peor imagen de todos esos días fue la del enorme enjambre de abejas en la ventana que daba al lugar de trabajo, intentando entrar.
Hicimos muchos viajes, varios días. Seguían allí.
Una vez hecha la miel, volvimos a colocar los panales en sus sitios, esta vez vacíos. Sólo con unas tiras de tratamiento para no sé qué enfermedad que les da. Ah...y glucosa. El pago en especias por su dedicado trabajo.
Mucho amor hay en robar, matar, alimentar esclavxs con sustitutos prefabricados de su verdadera comida, arrasar sus casas, gasearlas.
En fin, quitarles todo, para endulzarse un poco la vida.
Por otra parte, esas abejas son seleccionadas. Se crían las reinas y se reparten por los panales. Desconozco los métodos.
Me animaron a hacer el trabajo porque si no, otrx lo haría.
No consumía miel y no la consumo ni la consumiré.
Un saludo.