1. Tomate. “Nunca debe almacenarse en el frigorífico, sino siempre a temperaturas superiores a 10 ºC, ya que es sensible al frío y las bajas temperaturas pueden dañarlo de manera irreversible”. Los tomates pierden todo su sabor en la nevera y además también se altera su textura: “El frío rompe las membranas en el interior de las paredes de la fruta y la pone harinosa”. Y si el tomate está verde, en la nevera “se frena la maduración”. Hay estudios que confirman que, a temperatura ambiente, el fruto continúa madurando y acumulando compuestos volátiles, que aportan sabor y aroma.
2. Patata. En primer lugar, “se debe retirar cualquier tipo de envoltorio, especialmente si es de plástico, ya que este tubérculo necesita respirar”. Después, se conservará mejor “en un lugar fresco, seco y en la oscuridad”. Si no queremos una patata “de sabor dulce debido a la conversión del almidón en azúcar”, conviene hacer caso a la Fundación Food-Info, impulsada por la Universidad de Wageningen, y guardarla fuera del frigorífico.
3. Cebolla. “La humedad del frigorífico puede favorecer el crecimiento de hongos y bacterias. El lugar ideal debe ser seco, ventilado y sin luz solar directa”. Y lo mejor es una temperatura de 10 ºC. “Si el espacio es demasiado caliente, la cebolla empieza a brotar. Con frío, se pudre”. Una vez cortada, sin embargo, “puede conservarse en la nevera en un recipiente hermético durante siete días”. Lo dicen los expertos de la estadounidense National Onion Association citados por la Universidad de Nebraska-Lincoln.
4. Ajo. El consejo regulador de la IGP Ajo Morado de Pedroñeras recomienda “conservarlo en lugares frescos, aireados, sin humedad y lejos de la luz para que mantenga intactas sus cualidades organolépticas de sabor y picos”. “La refrigeración crea un ambiente de humedad que favorece la aparición de hongos y deteriora el bulbo”, añade María Blanch.
5. Berenjena. Las berenjenas son sensibles al frío a temperaturas de 7 a 10 ºC, y los daños aumentan al aumentar el periodo de exposición. Lo ideal es mantenerlas en torno a los 10 ºC, pero en determinadas épocas eso resulta difícil. “En frigoríficos se puede conservar hasta diez días a una temperatura de entre 5 y 8 ºC, pero siempre que estén aisladas del resto de verduras y frutas, ya que reaccionan con el gas etileno producido por la respiración de otros vegetales y se estropean antes”.
6. Calabacín. “Los calabacines son frutos inmaduros cuya recolección se produce cuando todavía está en continuo crecimiento. Tienen una escasa protección en la superficie, lo que hace que su vida sea corta tras la recolección. No sufren tanto como los tomates, pero los calabacines en la nevera pierden sabor y textura”, explica la experta del Ictan.
7. Plátano. “Al igual que otras frutas tropicales [como la piña], no debe guardarse en la nevera. Mejor dejarlo en un lugar oscuro y fresco. Las bajas temperaturas anulan las enzimas que les permiten madurar y otras enzimas comienzan a actuar con más fuerza: unas causan daños celulares –textura pastosa– y otras ennegrecen la piel”. No obstante, y solo en verano, la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias propone conservarlos en el frigorífico dentro de una bolsa de papel.
8. Aguacate. “Se debe conservar en un lugar oscuro y fresco, especialmente si está verde”. La Fundación UNAM (de la Universidad Autónoma de México) aconseja no ponerlos nunca en el frigorífico, porque de lo contrario se interrumpe el proceso de maduración.
9. Melón. Si aún no está abierto, las temperaturas bajas no le van bien. En ECO agricultor recomiendan almacenarlo en un lugar con poca luz y fresco, donde puede aguantar varias semanas. Una vez maduro no pasa nada por meterlo en la nevera, pero María Blanch recela: “En general, los melones se conservan pocos días en el frigorífico una vez abiertos. Y deben cubrirse con film transparente, ya que desprenden un olor muy fuerte y absorben fácilmente los demás sabores”.
10. Melocotón. “La conservación en nevera no le viene muy bien. El frío provoca pérdida de sabor y textura y puede producir la congelación de la fruta, y por tanto la muerte celular y la disrupción física de los tejidos. Los melocotones que se adquieren ya maduros, no se conservan más de cinco días en la nevera. Los inmaduros deben guardarse a temperatura ambiente en un lugar donde no les dé el sol”.
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