No es nada sencillo contestar a tus preguntas, bjorkcita. Habría que estudiar cada caso y cada niño. Pienso como tú que lo mejor es no presionar y dejar que su curiosidad se habra paso, pero ¿cómo explicárselo? La pregunta del millón! Pues un niño no entiende o no es capaz de relacionar un sufrimiento que no ve con algo tan común como un filete sabrosón.
Si tu pareja es vegetariana la cuestión es menos difícil, y si tu entorno inmediato también lo es, de maravilla (raro el caso).
Considero que lo mejor es "apechugar" y tratar de no darle demasiada importancia. Que él vaya descubriendo conforme crece y haga su elección el día de mañana. Digo esto pero se por experiencia que es muy difícil, porque son nuestros hijos y duele permitirles algo que sabes que es perjudicial para él a largo plazo y perpetúa bajo tu responsabilidad educativa la sinrazón. Pero a veces es peor el remedio que la enfermedad y en este caso a los niños, no podemos ponerlos en contra de todo lo que los rodea.
Yo me limito a no prepararle nada con carne cuando cocino (aparte que ya me resulta repulsivo o inaceptable tratar con carne cruda; antes también, pero me la comía). Cuando no cocino, me trago mi mosqueo (a veces se me escapa algún comentario o comportamiento alusivo, no soy perfecto) y dejo que el pequeño carnívoro (encima es que es lo que más le gusta al cabroncete) devore con gusto los despojos de aquello que era un... ¡que me calieeeeeeeeeentoooooooooo!!!
No es fácil bjorkcita, no es fácil!!!