Mis ritmos circadianos tienen personalidad propia y hacen lo que les da la gana.
Llevo una medicación crónica encima que, entre otras cosas, me debe regular el sueño. Sin ellas soy insomne. Cuando estoy con ellas mis ciclos varían. A veces me duermo en el horario que va de las once a las doce que es cuando he terminado de hacer mis actividades diarias y pretendo despertarme a las seis para iniciar mis jornadas de lectura.
Ahora mismo, mis horarios están inestables. Me duermo a las ocho o nueve y me despierto doce horas después. También tengo que corregirlo.