Bueno, en efecto no somos robots, aunque yo no siento que falte a la verdad con este tipo de historias. Me parecería distinto, por ejemplo, haber puesto al gato encima del paquete y haberla despertado intentando convencerla de que él le había traído un regalo. Eso a mí no me gustaría, no sé si me explico.
Fuera de los momentos de juego-fantasía, (con su tono, su ánimo, etc.), también insisto, creo que hay que esforzarse mucho en transmitir información veraz a los niños, de forma entendedora, y especialmente cuando la soliciten. Creo que lo contrario puede crearles ralladas y angustias varias, además desde luego de minar su confianza en nosotros.
Ella una vez, con dos años, hablando sobre por qué éramos vegetarianas, me dijo que si un animal se moría no pasaba nada porque le dábamos besitos y se curaba. Evidentemente entonces tuve que apañármelas para contarle que la vida no funcionaba de aquella manera, y creo que lo agradeció. Lo de que nos descomponemos y nos convertimos en "tierra" le pareció curiosísimo. Y bueno, de momento nunca ha querido comer animales.
Recuerdo el hilo de Earthlings Crisha, precisamente pensaba en ello hace unos días, a mí me parece inconcebible ponérselo a ningún crío. Y hablo por los menos de cinco minutos que fui capaz de ver.
Mi problema es con los eventos colaterales.
Estoy de acuerdo contigo menos en el primer párrafo. Infancia es la utopía que ganarán los cristianos?
Adultos amargados y aburridos?
No se trata de hacerles creer a los niños que todo es hermoso y fácil.
Se trata de hacerlos imaginar y soñar cuando son más receptivos y impulsar eso para que disfruten de lo que son: todavía inocentes.
Luego uno crece y ya no ve el mundo de la misma manera porque aumenta el número de experiencias, positivas y negativas. Ya no existe aquel tobogán que nos hacía creer que volábamos, porque ahora sabemos que para volar hace falta tener alas, como los pájaros. Por eso digo que hay cosas que se pierden a medida que vas creciendo.
Siento que me repito y lo siento, valga la redundancia. No sé cómo explicarme mejor, aún que quizás ya lo he hecho y simplemente no se esté de acuerdo y fin.
No me ha molestado en absoluto
Kirin, siento juzgar lo que no sé o lo que no me incumbe, pero igual es que creciste demasiado pronto? Sólo es una apreciación a tus palabras, cuando dices que las mentiras que te contaron fueron para protegerte y te hicieron daño porque sentiste que no contaban contigo como una más.
No sé de qué mentiras hablas exactamente, y no quiero meterme en ello pero yo creo que no hablamos del mismo tipo de mentiras.
Por supuesto que no hay que dejar de soñar cuando te conviertes en adulto.
Yo tampoco pude disfrutar por completo de mi ingenuidad durante la infancia. Era demasiado curiosa y también por circunstancias que ahora no vienen a cuento.
Sea cúal sea la pregunta, el amor es la respuesta.
http://liebreblanca-buscandolaluz.blogspot.com/
Qué va, más bien lo contrario XD siempre he ido tarde: los dientes, la regla, madurar jaja Me he aferrado a la infancia todo lo que pude y más. Y las mentiras pues de todo tipo, desde mentirijillas que no se dignaron a desmentirme nunca como lo del cohete -Tardis, más grande por dentro que por fuera XD a cosas familiares que todos sabían menos yo. Y estoy segura de que lo siguen haciendo. Además mi madre siempre ha sido extremadamente protectora, lo sigue siendo, y me hizo muy dependiente. Pero igual que hay gente que la reñía porque la decían que no me mimase tanto o saldría una mimada (que no ha sido) no creo que por ser sincer@ con l@s niñ@s te salgan amargad@s.
Theee attaaaack of the killer tomaaatoeeees!!
~~*}Cata Vegana-Blog donde los productos veganos se ponen a prueba {*~~
(actualizado 04-06-2012)
Buf, mi madre también es superprotectora y es terrible. Me puede repetir lo mismo varias veces en una conversación. Y tengo 26... he vivido fuera de casa y trabajado, así que....
Creo que cada uno con sus hijos lo hace lo mejor que puede y considera. Yo no sé, no soy mamá. Hay niños que de pequeños han tenido padres sinceros y luego de adultos son soñadores a mas no dar, y supongo y sospecho que también al revés.
A mí me cuesta crecer...aún hoy.