No entiendo ni jamás entenderé por qué la gente los condena a espacios limitados, intolerablemente crueles.
Recuerdo una pecera de mi infancia ante la que me sentaba cuando íbamos de visita y mi abuela me miraba y me decía " sí cielo, son prisioneros y por eso miran siempre con tristeza,las personas somos egoístas y encerramos a los animales como si fueran objetos decorativos".
Ahora entiendo por qué nunca he podido ir a una pescadería, por qué nunca los he visto como alimento y por qué me parece una gozada verlos nadar en libertad.
Mientras espero no morir antes de que la palabra "mascota"desaparezca del uso porque significa esclavo y que nunca más me pregunten ¿Es usted la dueña de este animal? . Yo no soy dueña de nadie, sólo de mi misma.
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