Así es. Por ejemplo, eso lo aprendí muy bien después de conocer y vivir la experiencia del trastorno límite de la personalidad en una relación de pareja. Las cosas no son tan fáciles ni tan sencillas como decir “que eres lo que te dices”, es todo mucho más complejo.
Creo que, a veces, no somos conscientes de lo que puede llegar a sentir una persona o de los pensamientos que le pueden llegar a pasar por la cabeza.