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Muchas de estas sectas luego del lavado de cerebro que logran en sus adeptos los usan para trabajar gratis, recoger dinero para los jefes o para la secta, ejercer la prostitución y toda clase de delitos, también deben conseguir a su vez nuevos adeptos para recibir la aprobación de los más viejos y de los jefes o garúes.
En el veganismo son los nuevos adeptos los que más se enrolan en las campañas de ataques contra los criaderos de animales a los cuales liberan luego de destrozar las instalaciones que los albergan, envían bombas a laboratorios que experimentan con animales, atacan veterinarias, locales de comida a base de carne, etc.) es lo que los jefes veganos necesitan para imponer su doctrina a la fuerza.
Autómatas con el cerebro lavado que no razonen y practiquen terrorismo ecológico.
Siempre hay algunos jóvenes reclutados dispuestos para hacer la tarea sucia, generalmente son los más conflictuados que no han resuelto su relación familiar, social, etc., que tienen una falta total de conexión con el resto de los humanos.
Algunos de ellos creen firmemente que los animales son mejores que los humanos aun antes de hacerse veganos, no pueden relacionarse con las personas, dar y recibir amor pero lo pueden volcar amor a un perro a un gato, a un pájaro, ellos interpretan los gestos normales y propios de esos animales son pruebas de su inteligencia y de expresión de amor mutuo, esos individuos con espíritus conflictuados son candidatos natos para el veganismo.
Al igual que los más terribles delincuentes no sienten culpa por lo que hacen contra los humanos, son hiperéticos que creen que lo que hacen es lo correcto y que los malvados especistas que usan a los animales deben ser castigados. (Ver escritos de Carlos H., un vegano argentino, que enseñaba por Internet a fabricar bombas contra los especistas y aclaraba que para los animales todo para los especistas nada, es un ejemplo claro de enajenación total)
O porque el nuevo adepto tiene una carga emocional propia que lo inclina hacia veganismo o porque se lo aborde mas fácilmente en una etapa de duda, falta de voluntad, espíritu maleable, etc., siempre hay gente para convertir al veganismo. Esta es la presa más fácil de los ideólogos veganos para quienes lo único importante es conseguir más y más nuevos reclutas que difundan y propaguen la causa.
Para que estos objetivos se logren es también fundamental aislar al reclutado de su núcleo, amigos, hay que el posible candidato a vegano o los ya incorporados no frecuenten lugares deportivos, clubes de todo tipo, que no tenga amigos fuera del grupo sectario, para ello se lo embriaga con la doctrina vegana y se lo mantiene ocupado por Internet y en los grupos con mensajes, charlas, trabajos, medias verdades siempre irracionales y falsas pero dentro del pensamiento vegano. Todo lo otro es falso y no debe tenerse en cuenta.
Que pierdan su facultad de razonar, de criticar, de dialogar fuera del grupo vegano, es lo mismo que hacen las sectas y los movimientos extremistas como los fundamentalistas islámicos, etc.
Curiosamente el veganismo, que, aclaremos no tiene los matices graves de las peores sectas delictivas pero actúa exactamente como ellas y como otros fundamentalistas.
Con su prédica de odio contra los no veganos, facilita el aislamiento de sus adeptos del resto de la humanidad (el resto de los humanos no veganos que son los malvados especistas altamente criticables, porque comemos cadáveres (así llaman ellos a los animales faenados para consumo), y explotamos a los pobres animales de las formas más crueles, robando la leche, los huevos, que son para los animales que los producen o para sus crías y no para los humanos, también es ilícito que los hagamos trabajar de distintas formas o que los usemos para experimentación científica, en zoo.
Todo esto conduce a un aislamiento total de los veganos con el resto de los humanos a los que desprecian y hasta odian. Se ve su total antipatía hacia la gente normal, es una constante presente en los escritos de los veganos que muestra lo que afirmamos. Jóvenes aislados del resto de los humanos encerrados en guettos ideológicos como el veganismo son los más activos en el movimiento y en las filiales o grupos terroristas.
A veces estos jóvenes liberan sus frustraciones y resentimientos atacando a los especistas y realizando toda clase de desmanes, algunos llegan a terrorismo ecológico, forman parte del Ejército de Liberación Animal, muchos terminan en la cárcel donde purgan largas penas.
De ahí la importancia de que los padres hablen con los maestros y directores de los establecimiento educativos haciendo saber su oposición a que los veganos lleguen con sus mensajes a los niños.
No hay por otra parte nada más peligroso que un maestro o educador vegano. Y los hay, deberían ser expulsados de las escuelas en las que actúan.
Todo padre debe saber lo que se le enseña en la escuela a sus hijos y tiene el deber de vigilar que de ninguna forma se los engañe con doctrinas utópicas y perversas como el veganismo.
NO es una afirmación baladí o sin razón decir que el veganismo es perverso, porque si sus miembros alientan el envió de bombas a los laboratorios que trabajan con animales. Si sus jefes como Ingrid Dunkirk, directora de PETA ofrecen dinero para que se incendie laboratorios, ayuda con dinero a los terroristas ecológicos, etc., es por cierto evidente que el mensaje engañoso que transmiten de amor al planeta, a la naturaleza, a la vida sana, a los animales que son nuestros iguales, etc. Es una total mentira y queda desvirtuado por los delitos que se comenten contra quienes osan pensar distinto.
Desgraciadamente la lucha contra es veganismo es difícil ya que los jóvenes muchas veces carecen de referencias (familia, iglesias, sindicatos, están en crisis) tienen miedo al porvenir y creen encontrar en el veganismo la solución de sus problemas.
Los conflictos de toda índole que se sufren actualmente, inestabilidad, inflación, huelgas, robos, delitos, agresiones, atentados, parecen no tener solución ni fin. Los espíritus débiles buscan soluciones en todo tipo de doctrina irracionales y caen en doctrinas utópicas, perversas o en sectas de toda índole que solo sirven para enriquecer a los gurues y jefes que las manejan.
Algunos se tientan ante el veganismo que parece tener soluciones eficaces ante la ausencia de respuestas de la familia o la sociedad.
Las máscaras de regímenes sanos de comida, curadores de todos los males, las máscaras de pertenecer a un grupo superior al resto de la sociedad con supuestos ideales altamente éticos. La mascara de proteger a la naturaleza y de defender a los inocentes corderitos, bambis y terneros, (de las hienas, víboras, ratas y otros animales repulsivos no se habla nunca en el veganismo), las máscaras de un sistema de vida culturalmente elevado, la máscara de "pertenecer" a un grupo filosófico serio y bondadoso seducen a muchos jóvenes desconcertados y sin pautas o ideales, chicos sin iniciativa ni ambiciones concretas y son muy difíciles de combatir.
Ante la ausencia de respuestas a los problemas individuales y de grupo muchos aceptan el veganismo como única respuesta. Al final la decepción será peor que la errada elección, el perjuicio muchas veces será irreversible y total en el adepto.
En nosotros está la responsabilidad de asesorar, educar y prevenir la expansión de esta perversa filosofía que tanto daño causa en los niños y jóvenes, no hacerlo nos hace corresponsables.
Dr. Héctor Aleandri.