Tengo un padre que es un amor, la verdad. Come vegano siempre excepto cuando vamos de vacaciones al pueblo, pero ya lo considero un grandísimo logro, además de que no he tenido que insistirle ni nada, ha sido por voluntad propia. Y sabe más de cocina vegana que yo: hace seitán casero, salchichas, chorizos, quesos, postres (aunque esto es más lo mío), pizzas, empanadas, croquetas, falafel... Me callo que aún no he cenado y me está entrando hambre.