HECES DE AVES EN RACIONES PARA POLLOS DE ENGORDE

A. E. Armas*; C. F. Chicco* y Elba Capó*

*Instituto de Investigaciones Zootécnicas,
Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias.
Maracay Venezuela.

INTRODUCCION

Las heces de las aves han sido utilizadas tradicionalmente como abono orgánico, para lo cual tienen gran demanda en la actualidad. Sin embargo, en recientes estudios se ha demostrado que pueden ser incluidas exitosamente como fuentes nitrogenadas en raciones para pollos de engorde, cuando son procesadas adecuadamente. Los sistemas de procesamiento incluyen el secado por calor y molienda. El tratamiento por calor facilita la conservación y contribuye a la eliminación de gérmenes patógenos, especialmente del grupo Salmonella y Escherichia, como demostrado por SHANON (9), reduciendo al mínimo los riesgos de transmisión de enfermedades. Según BLAIR y KNIGHT (3), los residuos de insecticidas, drogas y otros productos químicos presentes en las heces, no han causado problemas de significación para la salud de los animales. En el Reino Unido, las heces desecadas de aves se emplean en forma comercial como ingrediente regular en raciones para aves.

Su utilidad como nutrientes ha sido reportado por un gran numero de investigadores. McNAB et al (6) encontraron que pollos alimentados con raciones con 20% de heces secas y suplementadas con aceite de maíz tuvieron un crecimiento similar al grupo testigo. También LEE y BLAIR (5) obtuvieron resultados satisfactorios en la utilización de las heces, con una digestibilidad de 74 %. LEE y BLAIR (5) incorporaron las heces a nivel de 5% en raciones iniciadoras y 10% en raciones finalizadoras, sin que se afectaran los pesos corporales. ELAM et al (4) atribuyen parcialmente el buen rendimiento obtenido en el crecimiento de pollas a la presencia en las heces de un factor desconocido.

Se ha señalado una gran variación en el contenido calórico de las heces. Así, SHANON (9) da valores de 970 Kcal/kg. de energía metabolizable y PRIOR y CONNOR (8) y YOUNG y NASHEIM (10) entre 480 y 759 Kcal/kg. El contenido mineral de las heces según SHANON, es de 9,0% de calcio y 2,3% de fósforo. PARKER y PERKINS (7) señalan que este fósforo es aprovechable en un 90%.

El objetivo del presente experimento fue estudiar la incorporación de altos niveles de heces de pollos y de gallinas mantenidas en jaulas en raciones para pollos de engorde.

MATERIALES Y METODOS

Para este experimento se utilizaron heces provenientes de gallinas mantenidas en jaulas individuales y heces de pollos criados en baterías de engorde. Las heces de gallina fueron secadas al aire y molidas. Tenían un contenido de humedad de 10,5%. Las heces de pollo fueron secadas en estufa a 75° durante tres días hasta un contenido de humedad de 12,8% y luego molidas.

Las heces fueron incluidas en raciones a base de maíz y ajonjolí a niveles de 15 y 30 %. Todas las raciones se ajustaron para ser isocalóricas con y sin suplementación de lisina y metionina (30 % por encima de los requerimientos). Las raciones experimentales se compararon además con la ración basal (1) y con una ración comercial. Se utilizaron pollos machos de un híbrido comercial de 5 días de nacidos, mantenidos en piso con calor artificial hasta la 3ª. semana de edad y pesados individualmente al inicio del experimento, a la 4ª y a la 6ª. semana de edad. Se determinó el consumo de alimento durante los dos períodos.

El diseño utilizado fue de bloques al azar con arreglo factorial con dos replicaciones de 15 pollos cada una.

En el Cuadro 1 se presenta la composición de las heces. El contenido de proteína (nitrógeno x 6,25) fue superior en las heces de pollo (28,94%) que en las heces de gallina (24,85%).

Estos valores coinciden con los referidos por BLAIR y KNIGHT (2) donde señalan 28,7 % para heces de pollos y 25,3 % para gallinas. YOUNG y NASHEIM (10) encontraron 19,9 % de proteína para heces de gallinas y 32,18 % para heces de pollos. Los mismos autores determinaron también que el 46,8 % y 68,5 % es proteína verdadera en las heces de gallinas y pollos, respectivamente.

El contenido de fibra, calcio y fósforo en ambas muestras fue similar a la encontrada por los autores anteriormente citados, mientras que el nivel de grasa en las heces de gallinas fue inferior. Para ambos tipos de heces se asignó un valor de proteína verdadera de 10,8 % para heces de polio y 10,2 % para gallina, mediante extrapolación de los datos de YOUNG y NASHEIM (10). La energía metabolizable se estimó en 660 Kcal/Kg. de energía metabolizable, según los mismos autores. (Cuadro 2).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los pesos corporales a la 4ª y 6ª semana aparecen en el Cuadro 3. A la 4ª semana, los resultados indican una marcada superioridad (P<0,05) en el peso corporal de las raciones con 15 % de heces sobre aquellas con 30 %. La ración basal tuvo un rendimiento promedio de 716 g. similar a los pesos de las raciones con 15% de heces, no existiendo diferencias significativas. El análisis estadístico reveló una mínima diferencia significativa de solo 33 g., indicativo de poca variabilidad del material empleado. Los pesos promedios de los grupos alimentados con los dos tipos de heces (gallina y pollo) fueron de 640 g. para las heces de pollo y 633 para las heces de gallina. Tampoco se apreció efecto de la suplementación con lisina y metionina, aún cuando las raciones suplementadas tuvieron un peso superior (649 g.) a las no suplementadas (628 g.).

Las mínimas diferencias significativas para los pesos a la 6a semana fueron de 53 g. Las diferencias de los pesos promedios para los niveles de heces se hicieron más marcadas en este caso, llegando a ser altamente significativas (P<0,01), 965 g. para el 30 % vs. 1122 g. para el 15%. Esto parece indicar que niveles superiores al 15% no son recomendables. El bajo rendimiento de las raciones con 30 % de heces puede ser explicado por el contenido alto de fibra presente en las heces y las pocas posibilidades de ser utilizadas por el animal, ya que han sufrido previamente un proceso de digestión. Por otro lado, el ácido úrico presente pudiera producir alguna toxicidad, que no se manifiesta en las raciones con 15% de heces. Durante esta etapa, las raciones con heces de pollos dieron un rendimiento mayor (1094 g.) que las raciones con heces de gallina (993 g.) siendo la diferencia significativa (P<0,01). El mayor contenido proteico y balance de aminoácidos de las heces de pollo posiblemente determinaron estas diferencias. Tampoco se apreció ningún efecto de la suplementación, ni se registraron diferencias en la conversión alimenticia. La mortalidad del grupo fue de 1,6%.

RESUMEN

Se utilizaron para este ensayo heces de pollos de engorde y heces de gallinas en jaulas. Las heces de gallina fueron secadas al aire (humedad 10,45 %) y las de pollos en estufa (humedad 12,58 %). Ambas se incorporaron a niveles de 15 y 30 % en raciones balanceadas (isoproteicas e isoenergéticas) y suplementadas con lisina y metionina. Los pesos de heces, 703 g., y 1127 g. para la 4ª y 6ª semana con 15 % de heces vs 570 g. y 965 g. para la 4ª y 6ª semana con 30 % de heces, respectivamente. A la 4ª semana las heces de pollo produjeron resultados similares a las heces de gallina (640 g. vs 633 g.) pero a la 6ª semana estas diferencias se hicieron más evidentes y significativas (1094 g. vs 997 g.). No se observaron diferencias en el efecto de la suplementación con aminoácidos. La eficiencia alimenticia fue similar en todos los grupos.

SUMMARY


Five days old chickens were fed with rations containing 15 and 30% of dry poultry feaces. Feaces from broilers kept in batteries and feaces obtained from caged hens were used. The humidity value were 12.85 % for broilers feaces and 10.45 % for hen feaces. The diets were isoproteic and isoenergetic and supplemented with Iysine and methionine. Body weights at the fourth and sixth weeks were higher in the relations containing 15 % feaces, 703 g. and 1127 g. for fourth and sixth weeks with 15 % of feaces vs 575 g. and 965 g. with 30 % of feaces, respectively. No differences were observed at the fourth week between the two types of feaces (640 g. broiler feaces vs 683 g. hens feaces). However these differences were more evident and significant at the sixth week (1094 vs 997 g.) No differences appeared when synthetic aminoacids were added. Feed conversion was similar in all groups.
BIBLIOGRAFÍA

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ELAM, J. E., R. L. JACOBS and D. R. COUCH. Unidentified factor found in autoclaved litter. Poult. Sci. 33: 1053-1054. 1954.

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McNAB, J. M., D. J. W. LEE, and D. W. F. SHANNON. Growth of broiler chickens fed low-protein diets containing treammonium citrate and autoclaved dried poultry manure. Poult. Sci. 13: 357-364. 1972.

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PRYOR, W. J. and J. K. CNNOR. A note on the utilization by chickens of energy from faeces. Poult. Sci. 43: 833-839. 1964.

SHANNON, D. W. F. citado por Blair R. and D. W. Knight. Recycling animal wastes. I. The problems of disposal and regulatory aspects of recycled wastes to poultry and livestock. Feedstuffs. 45: 35-36. 1973.

YOUNG, R. J., M. C. NASHEIM. Dehydrated poultry wastes as feed ingredient. Proc. Cornell Nutr. Conf. 46-55. 1972.

Fuente y cuadros: http://sian.inia.gob.ve/repositorio/...ti/armas_a.htm