CitarCuerpo del artículo traducido al castellano:
“De la esclavitud humana a la liberación animal.
Jesús Frare de Iniciativa Animalista
La esclavitud convierte a los individuos en propiedades, en inversiones de las que se espera la máxima rentabilidad. Se dota de una ideología justificadora para pasar por encima de las vidas y de los intereses de los seres a los que somete y explota, y les obliga a sufrir vidas miserables desde el momento en que nacen.
La esclavitud es un genocidio permanente. Como todos los genocidios, nace y se reproduce de cerebros que lo idean y lo justifican, de manos que lo ejecutan, de bolsillos que recogen los beneficios y de sociedades que no quieren ver, que no quieren escuchar, que no quieren pensar, que no quieren hablar. Estas sociedades siempre están formadas por hombres y mujeres que la ideología esclavista sitúa en el lado bueno de su línea imaginaria, sin ningún fundamento racional ni, por supuesto, ético.
Es la línia del heteropatriarcado machista, del imperialismo racista blanco europeo, del fascismo... Estas líneas dejan por debajo humanos y humanas que ven intervenidas sus vidas, sus voluntades y sus cuerpos, que hacen trabajos y ejercen roles impuestos por su condición subordinada y, en definitiva, sufren el perjuicio que genera el privilegio. La resistencia, la desobediencia o la rebelión traen castigos que siempre encuentran en el sistema las correspondientes justificaciones políticas, jurídicas, ideológicas y sociales.
Lo mismo ocurre con la esclavitud especista, donde las víctimas son los animales. La línea de la especie es tan arbitraria como las otras, no es más que un recurso justificador del uso de individuos con capacidad de sentir y sufrir y con intereses propios, convertidos en propiedades y explotados hasta las últimas consecuencias. Son individuos que quieren vivir, ser libres para huir de peligros y reducir la tensión al mínimo, y que no quieren sufrir el infierno permanente que les reserva la vida como objetos de uso de los humanos y humanas.
La exposición quiere mostrar esta realidad. La cadena trencada, la història oculta (la cadena rota, la historia oculta) pretende hacer justícia a los hombres y mujeres que sufrieron la esclavitud moderna, simplemente por ser negros de África. Pasaron más de 400 años entre la captura de las primeras 235 personas esclavas para la expedición Lanazarote de Freitas (1444) i la abolición definitiva de la esclavitud en América (llegó a la aún colonia española de Cuba en 1886, y a Brasil en 1888). La mayoría de estudios calculan el número total de víctimas entre los 10 y los 28 millones, minetras que algunos lo sitúan por encima de los 60 millones.
JacquesLouviers, el alma de esta exposición, resume la esclavitud de una forma sencilla: es que puedes hacer de mí lo que quieras, porque yo soy negro. Su empatía estalla cuando tiene en las manos unos grilletes muy pequeños, y cuenta que eran para niños y niñas, considerados muy rebeldes, y que diversas fuentes hablan de haberlos visto en muñecas de niños de 3 años. Cuando terminó de montar esta exposición, las emociones y la tensión acumuada desembocó en un ictus del que se recupera rápidamente y que no ha dejado secuelas.
Todo nuestro apoyo y cariño para este luchador contra el olvido, que nos pone delante de objetos que, un día, sirvieron para torturar hombres y mujeres, niños y niñas, abuelos y abuelas de carne y hueso como los que nos miran desde las fotografías. Un luchador que, armado con esa gran empatía, también ha roto la barrera de la especie.
La exposición es una continuidad con la esclavitud especista. Pdemos ver otros esclavos y esclavas, rodeados de herramientas de tortura muy parecidos a los que se encuentran en la exposición. Podemos verlos en el momento en que pierden la libertad o cabizbajos tras las rejas. En el momento en que sufren martirio público y no cuentan, no son nada ni nadie. En el momento en que su sufrimiento ha acabado para siempre.
Sólo son objetos que tienen que engordar lo más rápido posible, poner más huevos, “dar” más leche al mínimo coste, generar mucha lana, tener mucha piel. Ocupar el mínimo espacio posible, comer lo mínimo posible, morir lo más rápido posible. Divertir y entretener, dar resultados dignos de un Premio Nobel.
Son propiedades, y tienen el valor que les da el mercado capitalista. Por esta causa, mueren más de 3.000 animales por segundo en el mundo. Unos 95.000 millones cada año.
Nada de ese sufrimiento es necesario, y todo lo que sufren responde a grandes intereses económicos sustentados en el especismo, la línea que los condena. Acabar con esta esclavitud está en nuestras manos, porque se puede llevar perfectamente una vida vegana, sana y equilibrada, sin ninguna carencia ni riesgo de enfermedad y sin ningún uso ni explotación animal.
Como dijo Paula Casal en el prólogo en español de Animal Liberation, de Peter Singer, cuando recordamos otros movimientos de liberación, nos gustaría pensar que, de haber estado allí, hubiéramos abolicionistas o sufragistas o que, por lo menos, no habríamos cooperado con la opresión, ni nos habríamos desentendido de ella. Por lo que a liberación animal respecta, la pelota está en nuestro tejado.
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Estoy a favor de los derechos de los animales igual que de los derechos humanos. Es la única manera de ser un humano completo.
Abraham Lincoln.
Sin lucha, no hay progreso.
Esta lucha puede ser moral, o puede ser física, o puede ser a la vez moral y física, pero tiene que ser una lucha. El poder no concede nada sin una demanda. Nunca lo ha hecho y nunca lo hará.
Frederick Douglas, abolicionista, Autor de Vida de FrederickDouglas, un esclavo americano.
Cuando se trata de animales, todos y todas somos nazis...Para los animales cada dia es Teblinka. IsaakBashevisSinger. Premio Nobel de Literatura. Norteamericano, judío de orígen polaco.
Sobretodo, sed capaces de sentir profundamente cualquier injustícia cometida contra cualquier individuo en cualquier lugar del mundo. Es la mejor cualidad de la gente revolucionaria. Che Guevara.”
