Poco se puede comentar. Estoy desolada ante tanta barbarie, tanta repugnancia y tanta MIERDA. Y con un porrón de activistas heridos y humillados, ya de paso. Entre ellos, la periodista de El Diario que estaba haciendo el reportaje. Si lo que hacen es una tradición tan maravillosa, ¿por qué no quieren que se sepa cómo es, por qué no dejan filmar?
Gentuza. Gañanes. Caca.