Castigar a quienes no pueden disfrutar una vejez digna, o despreciarles o no ayudarles porque crees que es una especie de justicia divina porque fueron malos en el pasado, me parece una idea horrible, peligrosa y abominable.
Miedito me dan ideas tan fanáticas.
Si nos ponemos así, ¿quién sabe? Quizá las miles de persona que padecen hambre, horribles enfermedades y sufrimiento en África solo estén pagando por algo que Dios sabrá qué es. Son sus designios divinos, incuestionables e inviolables. Déjales sufrir, no enojes a Dios.
Cualquier persona merece compasión y respeto, independientemente de quién sea o qué haya hecho. Lo cual no implica que no haya un sistema justo de castigo para quienes violen los derechos de los demás. Pero incluso ellos deben ser tratados con respeto y justicia.