Mi madre cambió al ovolactovegetarianismo en días laborables siempre y cuando me encargara yo de hacer la compra y planificar el menú diario. Al principio me emperraba muchísimo en ello, iba señalando a todo el mundo con el dedo, decía "asesinxs, qué estáis haciendo", incluso a mi madre. Resulta que los fines de semana, cuando yo no estoy, se pone las botas. Huevos y leche a veces si que hay para ella. Al principio se lo reprochaba. Ahora no es que me de igual, pero he visto que ese no es el camino y que no merece la pena tener luchas viscerales con ella. Hay otras formas de conscienciación positiva que seguramente le han llegado más que cuando era yo quien la señalaba.
Lo mismo con las comidas o cenas con otras personas. No suelo salir a comer ni a cenar por ahí, pero si lo hago me ciño a buscar opciones para mí sin tildar a nadie de nada. Si alguien quiere probar comida sin nada animal bienvenida sea, si alguien quiere preguntarme sin mala baba, bienvenido sea. Pero paso de malos rollos ya. Y seguramente si leyeras mis primeros mensajes en este foro alucinarías tanto como yo, imagino que son fases.