Iniciado por
sagatxu
Testimonio de una mujer que sobrevivió a una vida de violencia
Es un testimonio en primera persona, real y muy duro
Espero que os haga reflexionar
"Soy ex-prostituta y abolicionista. Me da vergüenza decirlo en voz alta, siempre creo que se burlarán
de mi. “¿Si no te gustaba, porque lo hiciste? Nadie te obligó”.
Es cierto, nadie me puso una pistola en la cabeza. Pero mi decisión fue todo menos libre. Mi padre
era alcoholico. Ni siquiera habia nacido la primera vez que estuvo a punto de matarme: le dio una
paliza a mi madre cuando estaba embarazada de mi. Sobreviví, pero a menudo he deseado no
haberlo hecho. Creo que solo tenia dos o tres años la primera vez que me violó. No puedo
recordarlo, pero todavia sueño con ello. Aún dormia en una cuna.
Tenia catorce años cuando pedí ayuda a mi madre. Me dijo que a ella le hacia lo mismo y se
aguantaba, asi que tambien tenia que aguantarme yo. Le contesté que si no pedia el divorcio me iba
a suicidar y me dijo que no tengo corazón, que solo una mala persona querria tirar a su propio padre
a la calle como un perro.
Después de eso pedí ayuda a mis tios y abuelos, se lo conté todo para ganarme su compasión.
Resultó que ya lo sabian. Uno me dijo que no era asunto suyo; otra, que a muchas niñas les pasa lo
mismo y si me habia tocado a mi, era la voluntad de dios y tenia que aceptarlo. La última, que era
muy egoista por querer marcharme de casa y dejar a mi pobre madre sola con ese hombre. Que si
me iba la mataria. “¿Y si me quedo y me mata a mi?”. No respondió, no creo que le importase. Mi
vida nunca la ha importado a nadie.
Esperá con paciencia a ser mayor de edad, solo para encontrarme con el desempleo, la precariedad,
los salarios de miseria y la burbuja inmobiliaria. Todo lo que yo queria era salir del infierno, tener
una segunda oportunidad en la vida. Al parecer, estaba pidiendo demasiado.
Me hice prostituta porque era el único trabajo que podia conseguir sin haber terminado los
estudios, sin experiencia, el único donde podia aspirar a ganar lo suficiente para marcharme de casa.
Tal vez habia otra salida a mi situación y yo no la vi, no fui lo bastante lista para verla. Es una duda
que me ha quitado el sueño muchas noches.
Estuve allí tres años. Los tres años más largos y miserables de toda una vida larga y miserable. Pero
lo conseguí, y me he esforzado todo lo que he podido por olvidar. Por fingir que nunca sucedió.
Ahora, quince años después, escucho a los que quieren legalizarlo y se me cae el alma a los pies.
¿En serio alguien cree que es un trabajo normal?, ¿como va a ser un trabajo normal donde te
intentan violar todos los dias? Porque si le dices a un cliente que no quieres hacerlo por detrás o que
te lo suelte en la boca y aún así lo hace, o lo intenta, ¿que otro nombre tiene?, ¿y los tipos que se
quitan el condón cuando ya los tienes encima, y tienes unos segundos para decidir si cedes o te
pegas con él? O el tipo que me cogió del cuello con las dos manos y empezó a apretar mientras se
corria. Casi me estrangula alli mismo. Si, muy normal todo.
No importa cuan grandes o pequeños sean tus limites, basta que haya algo que tu no quieras hacer,
para que vayan a por ello, como perros que se lanzan por un hueso. Obligarte a hacer lo que tu no
quieres es lo que más les pone. Les hace sentir triunfadores, mientras tu te sientes basura. Y asi es
como me siento cuando escucho a alguien decir que la trata está mal, pero la prostitución voluntaria
está bien. Siento que no tengo derecho a mi dolor porque no estaba encadenada a la pata de la cama.
Las mujeres no necesitamos que se legalice la prostitución. Necesitamos que se elimine la violencia
y la pobreza que nos empujan a ella. Si ni siquiera las mujeres que se autodeminan feministas tienen
esto claro, la proxima generación de niñas como yo están perdidas, condenadas a repetir la historia.
En el nombre de todas ellas, nuestras hijas y nietas aún no nacidas, os suplico, hermanas. No las
dejeis solas."