Iniciado por
tralarí
Yo he cambiado de parecer radicalmente (pun intended) en los últimos meses. A ver si me explico.
Creo que si aceptamos que lo de que los hombres tengamos una "esencia más sexual" (que seamos biológicamente más activos) es mentira, la consecuencia inmediata es ser abolicionista de la prostitución (aunque fuese verdad, pero bueno). Cuando hay un sesgo de género tan gigante en una práctica (inmensa mayoría de clientes, hombres heteros; inmensa mayoría de las prostituidas, mujeres pobres), parece impensable que sea compatible con la determinación de eliminar los sesgos de género, o qué.
Ser abolicionista quiere decir contemplar como tu modelo de sociedad ideal una en la que, al menos, ninguna mujer se prostituya. Esto no quiere decir que se quiera encarcelar a las prostitutas o aumentar el estigma, sino de una suma de medidas que vayan conduciendo a esto, pero teniendo clara la meta: formación feminista (especialmente a hombres), alternativas para mujeres que quieran dejar de ser prostitutas, persecución de la trata, etc.
¿Dónde queda la libertad individual? Bueno, es que las cosas no existen fuera de su contexto sociopolítico. Igual que no puedo defender que dos adultos, un latifundista y un jornalero de Mali sin papeles, consensuadamente, decidan que el segundo recoja fresas para el primero por un bocata y un chamizo (aunque no vaya a culparlo por querer sobrevivir en un mundo de lobos) porque el consenso no existe al haber una diferencia de poder tan inmensa, no puedo defender la prostitución en una sociedad patriarcal. Además, cualquier trabajo asalariado se hace bajo coacción, y en mi pueblo el "sexo" bajo coacción no es sexo, es violar.
Por otra parte, no se puede separar la prostitución de la trata y el imperialismo: sin trata y sin mujeres de países colonizados que vengan porque no tienen nada de lo que vivir en sus casas, la prostitución termina. Por exceso de demanda y falta de oferta. Podéis mirar el porcentaje de inmigrantes entre las mujeres que se dedican a la prostitución en Europa. O estudiar el tema del turismo sexual.
Hay más cosas: creo que apuntala los roles de género, suponiéndonos a los hombres una pulsión sexual incontrolable que, no aliviable con masturbación, necesita de un corpus de mujeres que estén dispuestas a vender su consentimiento (qué cosas, a ver si no va a ser eso). Hay feministas que defienden que el repunte de hombres yéndose de putas responde a una reacción a los avances feministas: cada vez son menos los lugares donde los hombres puedan (podamos) someter a las mujeres a su antojo y la prostitución es uno de los pocos que quedan donde puedan (podamos) reafirmar nuestra masculinidad. Creo que no es comprobable, pero tiene sentido.
¿Desde dónde, aparte de desde el feminismo de la tercera ola, se apoya el regulacionismo? Desde los sectores liberales-liberales (no los neocon) y desde la misoginia más casposa (os invito, si os veis con estómago, a leer foros de prostitución del tipo spalumi o putalocura; yo lo he hecho). No es casual.