"En su momento, se llevó a cabo una investigación muy completa por expertos independientes nombrados por una corte. Los expertos concluyeron que no había pruebas creíbles de abuso sexual, que Dylan Farrow no podía distinguir entre fantasía y realidad y que Dylan Farrow había sido probabablemente instruída por su madre. Nunca se presentaron cargos", indica en un comunicado Leslee Dart, representante de Allen en un comunicado que fue publicado por los medios estadounidenses.
"Se han escrito infinidad de pizas sobre este caso, pero es la primera vez que Dylan Farrow misma escribe del asunto en público. Es importante destacar que Woody Allen nunca fue imputado y ha negado reiteradamente cualquier acusación", advierte Nicholas Kristof, columnista de
The New York Times, en cuyo espacio se publicó la carta.
Y agrega: "Merece la presunción de inocencia" hasta que haya una causa legal que pruebe lo contrario.
Cuando se investigaron las acusaciones, a comienzos de los años 90, un panel de psicólogos designado por la fiscalía y la policía concluyó que Dylan no había sido abusada: no hay "evidencia suficiente", señalaron, para probarlo.
La controversia se reavivó cuando uno de los fiscales dijo, tiempo después, que había "probablemente causa" para procesar al cineasta, pero que habían preferido no hacerlo para proteger a la menor.