Hace un rato bajo del coche y veo a tres mujeres de unos sesenta años subiendo por la calle, hablaban animadamente, el marido de una de ellas estaba unos metros arriba, más o menos a mi altura. Al llegar una de ellas va y le dice, riendo: "no la pegues que ha sido culpa nuestra" (parece que se habían entretenido
demasiado), la otra: "si la pegas que no sea muy fuerte", y la primera: "pégale con una toalla que no deja marcas". Y jiji jaja. Los dos sujetos de la broma no han dicho gran cosa, parecían más bien desconcertado-a, el hombre especialmente, así que la primera mujer ha añadido: "oh, en tiempos de Franco se hacía así", como si eso diera alguna clase de sentido a la conversación.
En fin, me he ido entre flipando y horrorizada, pensando en si la cara de poker del hombre era porque nunca se le había pasado por la cabeza pegar a su mujer o porque ya se sabía el truco de la toalla, y pensando en si el echo de tener tan asumida la sumisión y la violencia es algo que se irá con las mujeres de esa generación o si sólo mutará de cualquier manera.
Y al llegar a casa me he encontrado esto por el facebook: