Que esto es una verdad como un templo lo comprobé personalmente hace años. Estaba comiendo con unos amigos que habían invitado a más amigos (de ellos, no mios), y hubo bastantes comentarios xenófobos contra lo inmigrantes. Cuando empecé a protestar, pasó esto:Si la caverna se ha encabritado esta vez, es porque son otros los que nos violan. Y a nosotras solo tienen derecho a violarnos nuestros hombres.
-Si, si, lo que te pasa es que eres una ingenua. Ya verás cuando te violen los moros como no piensas de esa manera
-Resulta que ya me han violado, y no fue un moro. Fue un español, que además era mi padre.
Un silencio incomodo se extiende en la mesa...
-Bueno, bueno, eso es diferente y yo no quiero meterme en esos berenjenales.
Cambio de tema inmediato. Todo el mundo se pone a hablar rápidamente de cualquier cosa.
Todavia me rio cuando me acuerdo. Mucha preocupación porque vengan los moros a violar a las españolas, pero cuando es alguien de aqui de pronto importa un pimiento. Vale ya de usar el miedo a la violación como el coco, como un arma para mantener a las mujeres en su sitio (no vivas sola, no viajes sola, no salgas de noche sola, no hagas esto o lo otro que te van a violar) y para hacerlas callar cuando no estás de acuerdo.