El viernes y sábado pasados, tuve el palcer de escucharla en directo.
Hoy recupero esta entrevista que le hizo De Miguel, otra gran filósofa feminista, a la que también escuché con la boca abierta. Feministas, filósofas, mentes privilegiadas
"Eres una gran defensora de la libertad de las mujeres, lo que consideras
un hecho antropológico nuevo, que está transformado el mundo para bien.
¿Qué piensas de quienes argumentan que al prostituirse las mujeres no
hacen sino utilizar su recién estrenada libertad y que está bien que lo hagan?
Pues que son dos juicios diferentes. Es decir que alguien haga algo es un juicio
fáctico; que esté bien que lo haga es un juicio distinto. Y esas dos cosas han
de permanecer separadas todo el tiempo que sea necesario para llegar a
entenderlas bien. Primero, las mujeres han sido prostituidas con independencia
de su voluntad de prostituirse durante casi todo el periodo conocido que abarca
nuestra memoria histórica. ¿Cuál sería la novedad? Que ahora decidieran hacer
por sí mismas lo que en el pasado se las obligó a hacer sin el concurso de su
libertad. Siempre podría ser esto argumentado - y yo tendría ahí muy poca
salida- como un derecho al mal, es decir, una mujer quiere hacer algo que
está mal, en el sentido de que en el pasado lo estaba, como es prostituirse,
pero ahora lo quiere hacer porque así lo desea. Aún estando yo pillada por el
argumento del derecho al mal, creo que podría escapar de él o que al menos
se me ofrece una salida, que es: si con una acción tu no destruyes el contexto
que hace que se realicen juicios sobre la acción de un modo invariable,
verdaderamente tú estás apoyando el contexto.. o aquello de que “todo lo
que no me enferma me alimenta”. Si el hecho de ejercer voluntariamente la
prostitución no desalimentara la prostitución como algo negativo en sí mismo,
sino que lo dejara inmutable, entonces no se seguiría ninguna consecuencia
que hiciera variar el juicio antiguo sobre la prostitución. Tú sólo puedes tomar
Entrevista a Amelia Valcárcel - Catedrática de Dilosofía Moral
Debate: Debates y dilemas en torno a la prostitución y la trata 201DILEMATA, año 6 (2014), nº 16, 199-206 ISSN 1989-7022
una actividad que es un para sí, si esta actividad se resignifica y resignifica el
campo en el que ocurre, pero, si esto no ocurre, entonces sencillamente esa
acción para nada cambia el campo previamente habido. No puede invocar para
sí ningún tipo de novedad si no altera el contexto. Es, simplemente estar en el
mundo de la repetición.
Yo sé que la retórica lo soporta todo, porque somos seres humanos y el lenguaje
es extraordinariamente plástico. Yo he leído dos o tres obruchas, digo obruchas
porque no tienen nombre mejor que éste e incluso éste les viene grande,
donde a puro uso de la retórica, -no de la retórica como la pudieron utilizar
los grandes sofistas sino bastante más bajo, más arrastrado y vil de la retórica,
la gente que los escribe dice lo que no puede entenderse sino como sentencias
contrarias al sentido común; he llegado a leer, porque el papel lo soporta todo,
que la prostitución “empodera”. Vale que incluso esto puede favorecer cierto
tipo de venta y demás, pero por lo común esa literatura es deleznable y no
he encontrado ni una sola fuente argumentativa en que, aunque se utilizaran
argumentos sofísticos, aparezca una vindicación seria de libertad aliada con
la libertad de cómo venderse a si propio. Lo más a lo que se llega es a hacer
de la prostitución el primer analogado del trabajo, y decir que, como todos
consisten en prostituirse, la prostitución en sí misma queda ya vacía. Pero
esto es una argucia retórica bien conocida, por lo tanto no merece la pena
detenerse en ella como si fuera algo serio"
file:///Users/jose/Downloads/Dialnet-EntrevistaAAmeliaValcarcelCatedraticaDeFilosofiaMo-4834553.pdf